En México son más de 128 millones de hectáreas de
bosques afectados por la sequía, siendo esta una de las causa principales que
el país, está sufriendo las consecuencias de la desertificación, toda vez que
la sequía y la escasez de agua que están cubriendo extensiones preocupantes por
la sobreexplotación de los acuíferos, asegura la Comisión Nacional Forestal
(Conafor).
En este sentido, nuestro país tiene contemplado
22 ciudades consideradas importantes por su número de habitantes y lo que
representa su actividad económica, 17 de ellas están asentadas geográficamente
en zonas áridas, con una población estimada de 48 millones de personas.
Y es que en estas ciudades, la degradación de la
tierra es considerable, por lo que para romper la espiral descendente de la
desertificación, pobreza e inseguridad de agua y alimentos en las tierras secas
del mundo, es necesario integrar los temas de riesgo de escasez de agua y de
sequía, en la agenda de desarrollo sustentable en todos los niveles, asegura la
Conafor.
Por ello, es importante que el próximo 17 de
junio se conmemora el Día Mundial de Lucha Contra la Desertificación, la
sociedad civil, gobiernos, universidades y medios de comunicación a coadyuvar
con la conservación del medio ambiente, hay que organizar eventos y
actividades, para elevar la conciencia sobre la escasez del agua y la
preparación ante la sequía, considera la dependencia federal.
En este sentido, se planea actividades relacionadas con esta
conmemoración, a fin de crear mayor conciencia sobre la necesidad de conservar
y proteger los recursos naturales de nuestra nación. El lema de este año es “No
dejes que nuestro futuro se seque”, donde todos somos responsables por el uso
sustentable y la conservación del agua, tierra y que hay soluciones a estos
serios retos.
Por lo anterior, La Conafor en Quintana Roo,
exhorta a la promoción de acciones a nivel local y nacional que reduzcan los
impactos de la sequía, incluyendo mitigación proactiva y medidas de planeación,
previa preparación y manejo de riesgos, pero sobre todo evitar la degradación
de la tierra mediante acciones de restauración que contribuyan a la seguridad
alimentaria y del agua dulce.
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