Política y sociedad

sábado, 4 de mayo de 2013

El negro historial de Gabriel Mendicuti Loría


Gabriel Mendicuti Loría.

Uno de los colaboradores más controvertidos durante la administración de Félix González, el ex alcalde de Solidaridad, el yucateco Gabriel Mendicuti Loría, quien inició ese sexenio como titular de SINTRA, se convirtió de la noche a la mañana en titular de la Secretaría de Gobierno, equivalente a la “vicegubernatura” de Quintana Roo.
Enviado en septiembre del 2009 a la SEDARI en un enroque que involucró al cozumeleño Víctor Alcérreca Sánchez, dio lugar a un sinnúmero de “lecturas” que, sin embargo, tienen que ver con acusaciones de corrupción ante la frustrada construcción del aeropuerto de la Riviera Maya, en Tulum, anunciada que el entonces titular de la SCT, Juan Molinar Horcasitas.
Exitoso empresario en la fábrica de materiales de construcción, que aprovechó para negociar con el otorgamiento de permisos y licencias condicionado a la compra de insumos en su negocio, como fue el caso del estacionamiento de Sam’s, la reparación de avenidas  y el surgimiento de nuevas colonias, tejió una maraña de intereses con sus empresarios paisanos José Antonio y Roberto Chapur Zahoul, en tanto “apalabró” con Fernando Chico Pardo, dueño del Grupo Aeroportuario del Sureste (ASUR), la adjudicación de la obra del aeropuerto.
Originario de un Estado donde existe un nativismo que se trató de implantar infructuosamente en Quintana Roo, el hoy principal colaborador del gobernador Roberto Borge Angulo, contaba con información privilegiada en torno a la ubicación del nuevo aeropuerto, para lo cual el Gobierno del Estado aportaría reserva territorial, por lo que acaparó tierras o permitió que lo hicieran sus amigos y socios.
El frustrado caso del aeropuerto no sería el único rastro de la serie de anomalías en las que se involucró nuestro personaje -también se incluye el del complejo “Agroindustrial Hidroponía Maya”, de la que hablaremos en otra oportunidad-, se denunció que, a través de empresas constructoras suyas -otras con prestanombres-, se alistaba para adjudicarse los más jugosos contratos de esa obra, en la que se esperaba invertir inicialmente 4 mil 100 millones de pesos de la iniciativa privada en una construcción de entre 3 y 4 años.
Entre las empresas de las que era propietario o accionista, denunciaba el periodista Carlos Cantón, se incluyen Aguila Constructora del Sureste y Sac-bé Construcciones, cuyos representantes legales son los hermanas yucatecas María José Alejandra y Claudia Ivette Valejjo Hau, sus supuestas prestanombres; CICSA, propiedad de Víctor Loría Moguel, emparentado con Mendicuti Loría y quien mantenía el monopolio de prefabricados para puentes y desniveles en Quintana Roo, y Block México, dedicada a la extracción y fabricación de materiales de construcción.
Para ese entonces, el funcionario buscaba recuperar los recursos que aportó en una “guerra sucia” para boicotear la campaña del ex diputado federal, Carlos Joaquín González, a quien considera su enemigo y cuya carrera política ha buscado frenar, aunque también se asegura que costeó campañas políticas del PRI e incuso de los panistas Maribel Villegas Canché y Julián Aguilar Estrada.
Las empresas de Mendicuti Loría resultaron las más beneficiadas con licitaciones públicas, como en los casos de la construcción de los estadios de los Tigres y Atlante; el Polifórum, puentes y el distribuidor vial de Cancún; arcos viales y tramos carreteros.
Un periódico que se publica en Cancún relató el 24 de julio de 2009 otra forma en que se habría enriquecido con la compra y, en muchos casos, despojo de tierras cercanas a obras municipales, estatales y federales; predios utilizados para extraer material pétreo para compactar pisos para carreteras y otras vialidades.
En tanto, el diario Reforma publicó el 10 de agosto de 2008 cómo se apropió de predios cercanos a donde se construiría el aeropuerto de la Riviera Maya, para lo cual buscaba obtener legalmente terrenos nacionales en sitios cercanos a proyectos estratégicos de desarrollo, con predios de entre 31 y 626 hectáreas de Solidaridad, Tulum, Lázaro Cárdenas y Othón P. Blanco.
Añadió que en 2003, siendo alcalde de Playa del Carmen, apoyó a los hermanos Chapur Zahoul influyendo para que el aeropuerto fuera en terrenos que los yucatecos habrían arrebatado a posesionarios originales, ya que había estado vinculado con ellos cuando fungía como presidente de la Asociación de Pequeños Propietarios Rurales de Quintana Roo.
Puntualizó que como alcalde, Mendicuti, quien se asoció para sus negocios millonarios con Miguel Angel Dagdug, entonces presidente de los Pequeños Propietarios, y Margarita Tadeo Olvera, conocida prestanombres, en tanto acordó con los dueños de la cadena Palace Resort establecer el aeropuerto en los terrenos que los Chapur se agenciaron indebidamente, aunque la SCT decidió finalmente desechar el proyecto y cambiarlo a otro lugar.
En este sentido, haber sido coordinador de la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto no fue la principal virtud del hombre para ser convertirse en “segundo de a bordo” -asómbrese Usted- en un Estado del que no es nativo.
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO
 

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