Política y sociedad

miércoles, 14 de agosto de 2013

SINTRA y SCT, ¡en el banquillo!



En primera fila
                         
SINTRA y SCT, ¡en el banquillo!
                                                            

         De ser cierto que el gobernador Roberto Borge Angulo puso en marcha trabajos previos para la reconstrucción de calles y avenidas principales y secundarias en la colonia Tierra Maya y la segunda etapa vialidades en la Región 228 de Cancún -con tanto anuncio partidista no sabemos qué creer-, los quintanarroenses, concretamente los vecinos de ese polo de desarrollo turístico, deberían ponerse la “pilas” y “pelar” bien los ojos.
         En efecto, tal y como consignan algunos medios que suelen ensalzar al Jefe del Ejecutivo hasta cuanto estornuda, “la infraestructura de comunicaciones y servicios en el Estado, especialmente en Cancún, principal polo turístico del país y de Latinoamérica, es prioridad para la administración del mandatario”.
         Sin embargo, la mala noticia es que “los trabajos estarán a cargo de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SINTRA)”, lo que debería llenar de preocupación a la luz de los recientes acontecimientos en los municipios de Othón P. Blanco y Balacar, y que, contra todo sentido común, ninguna autoridad se ha atrevido a decir “esta boca es mía”.
Nos referimos concretamente al aparente fraude o desvío de recursos en algunas obras rurales de esos municipios, donde se anunció y “oficializó” la construcción o reparación de  alrededor de 50 kilómetros de carreteras que, con una erogación de más de 100 millones de pesos, se trata de trabajos “fantasmales”, no existen, y aunque la información “sólo” responsabiliza a la SINTRA y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), habría más involucrados.
Así, creemos que la Secretaría de la Función Pública, que supuestamente “investiga” el caso -¿Usted lo cree?-, no sólo debería llamar a cuentas a los titulares de las primeras dependencias, Fernando Escamilla Carrillo y Miguel Ángel Núñez Pérez Gavilán, respectivamente, sino también a los alcaldes de esos municipios, el mitómano Carlos Mario Villanueva Tenorio y Francisco Flota Medrano, aunque ya vayan de salida.
Conforme a reportaje de Edgardo Rodríguez, durante reciente visita del auditor de la Secretaría de la Función Pública, Patricio Chávez Díaz Gómez, éste pidió información sobre obras supuestamente realizadas y entregadas a diversos ejidos, ya que existían fotos y sellos que sustentaban la aparente entrega de proyectos a comisariados ejidales y delegados que, empero, lo negaron rotundamente.
Ese fue el caso de la comunidad de Miguel Alemán (Bacalar), entre otros, donde supuestamente se construyó un camino de casi 13 kilómetros, aunque las fotos que tenía en su poder el auditor no pertenecían a los de esa demarcación, pese a contar con la supuesta firma y sello del delegado, algo similar al caso de Morocoy (OPB), donde “desapareció” un supuesto camino federal de 11.3 kilómetros que los ejidatarios del lugar tampoco conocían.
Aunque ni el Gobierno del Estado ni la SCT han querido dar la cara, ya sabemos cómo se las gasta Escamilla Carrillo en aquello de “justificar” pésimos trabajos en materia de mantenimiento de calles de la ciudad y caminos rurales, pero también conocemos el negro historial de la dependencia federal  que, curiosamente, estrena nueva dirigente sindical en Quintana Roo con Valdemar Dzul y Patricia Romero Torres.
De Miguel Ángel Núñez poco se sabe, excepto, como se imaginará Usted, que de quintanarroense tiene lo que nosotros de rusos, aunque en 2010 relevó a Ignacio Meza Echavarría, quien interpuso una denuncia de despido injustificado, pese a que su cese se dio por presuntas irregularidades en trabajos de infraestructura carretera que no se le había podido comprobar.
Entre éstas se incluía el tramo carretero Chetumal-Bacalar-Cafetal que, inaugurado en febrero de 2006 con una inversión de 757 millones de pesos y una extensión de 76.2 kilómetros, figuraba con 20 años de vida, pero desde su apertura recibió constantes reparaciones. Asimismo, estaba el tramo Tulum-Playa del Carmen (40 millones de pesos), tendría la misma vida útil, pero especialistas reconocieron que la carpeta de asfalto aplicada era más costosa y con vida útil de cinco años.
Con estos antecedentes, Borge Angulo anuncia la construcción de 35 mil 918 metros cuadrados de concreto hidráulico con una inversión de más de 19.2 millones de pesos, en beneficio de más cinco mil familias, ya que dicho material tiene mayor duración ante el sol y el agua, y su costo se equilibra porque sólo requiere de mantenimiento periódico.
Según Escamilla Carrillo, las obras se han concursado y adjudicado, y aunque suponemos que para su inicio se imprimieron más de mil fotografías, como en los casos de las comunidades de Othón P. Blanco y Bacalar, se trata aparentemente de una inversión estatal, por lo que no habrá ningún auditor de la Secretaría de la Función Pública que reclame por obras “fantasmales”, por las que, según comentarios a la información de Edgardo Rodríguez, “ahora van a quemar en leña verde a funcionarios de bajo rango, van a culpar a los inspectores de obra y los van a correr y encarcelar”, como ocurrió con la chetumaleña empleada de Migración injustamente presa en Nayarit, Neifi España Álvarez, recién liberada por un caso de cubanos que se fugaron en diciembre de 2012.
         Otro comentario sobre el caso de obras inexistentes señala que fue muchas veces el “modus operandi” del ex presidente municipal de OPB, Andrés Ruiz Morcillo, quien, junto con Pablo Moreno Povedano, entonces titular en Servicio Públicos Municipales -actual Síndico con el “cachorro” del ex gobernador preso, que hablaba de “fórmulas secretas” de material poblano para el bacheo de calles-, dice, “registraban carreteras y repavimentaciones que nunca se hicieron”.
Con todo, sin embargo, el mejor comentario… el suyo. 

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