Política y sociedad

sábado, 5 de octubre de 2013

Abuxapqui, ¡con el pie izquierdo!

En primera fila
Abuxapqui, ¡con el pie izquierdo!
Mas, pero muy mal inicio de administración resultó el de quien por segunda ocasión se convirtió en presidente municipal de Othón P. Blanco, Eduardo Espinosa Abuxapqui, sobre quien no habíamos dicho ni media palabra porque no era posible calificar lo que se desconoce, aunque, lamentablemente, columnistas convenencieros, acostumbrados a esos menesteres -claro, por así convenir a SUS intereses- se deshicieron en halagos desde el primer día de ese largo trienio.
Aunque resulte increíble, apenas este jueves leíamos frases como “estamos seguros que hará un buen trabajo”, o bien que cambiaría totalmente la imagen de esta capital por contar con un equipo capaz, con experiencia, y de ahí que nos preguntábamos si realmente hacían un verdadero ANALISIS, ya que, de ser así, tendríamos qué preguntarles si vivimos en dos lugares diferentes, o bien califican de acuerdo con las necesidades de su cartera, pero no del lector, al que se le debe respeto.
Por principio de cuentas, ¿cómo calificar de honesto o bien intencionado a un funcionario cuando incluye entre sus colaboradores a gente de dudosa calidad moral? Se podría “entender” que no le haya quedado más remedio que integrar parte de su Cabildo y hacer campaña con ellos porque así se lo hayan impuesto desde su partido -el PRI, en el caso de Espinosa Abuxapqui-, pero a los demás los nombró él mismo, sin ninguna presión.
Al igual que todo mundo, nos referimos particularmente a los casos concretos de quienes un colega y amigo calificó como “sobrevivientes de la catástrofe villanuevista”, esto es la vitalicia titular de la Contraloría Municipal, Teresita Quivén Feria; el tesorero, César Euán Tun, y el director general de la
Policía Municipal Preventiva, Gumersindo Jiménez Cuervo, la primera de ellas con el caso más “extraño”, aunque más claro.
Si el sentido común no nos falla, el principal objeto de mantener a la desangelada funcionaria es proteger al ex alcalde mitómano, Carlos Mario Villanueva Tenorio, quien, sin ser adivinos, podrá esperar tranquilamente que su padre Mario Villanueva Madrid abandone la cárcel de Nueva York, o bien visitarle cuantas veces desee, ya que cuenta con suficiente tiempo y el dinero que le regateó a los trabajadores del Ayuntamiento -y muy probablemente pellizcó del préstamo de 274 millones de pesos- para ese efecto.
La primera pregunta que se nos vino a la mente con la ratificación de Quivén Feria es si no existen más contadores públicos en Chetumal o por qué el nuevo munícipe no echó mano de las decenas de profesionistas chetumaleños del ramo que ruegan por un empleo digno, por el que se “quemaron” las pestañas durante muchas noches de desvelo. Quizá sea por falta de “padrino”, que no de capacidad, aunque quizá porque “es mejor malo por conocido, que bueno por conocer”.
Y es que para ese efecto, la funcionaria se pinta sola. No de balde fue quien “operó” con el mismo cargo desde el malogrado trienio de Andrés Ruiz Morcillo, cuando, en contubernio con el entonces oficial mayor y el tesorero, Luis Montúfar Bailón y José Gabriel Polanco Bueno, respectivamente, “ajustaron” las finanzas de la Comuna para evitar que aquél Alí Babá o alguno de sus 40 ladrones se fuera a la cárcel a pesar del evidente desastre financiero e irregulares contratos como los de las famosas lámparas “Leds” y permisos para gasolineras, entre otros.
En el caso de Carlos Mario, a quien se llegó a calificar como “Espíritu Santo” porque todo mundo sabía de su existencia, pero nadie lo podía ver, habría ocurrido casi, casi lo mismo, ya que para nadie fue un secreto -excepto para la Auditoría Superior del Estado- que durante la gestión del “Junior” se dio una serie de irregularidades en “TODAS” las áreas del Ayuntamiento, principalmente, por ser más notorio, en Servicios Públicos Municipales, todo ello solapado, “curiosamente” por la Contraloría.
En este sentido, resulta exageradamente obvio que la funcionaria conoció totalmente el entramado manejo de las finanzas municipales, y que, de ser necesario -claro, de existir buena voluntad- pondrían tras las rejas al hijo del ex gobernador preso, aunque también es obvio que Espinosa Abuxapqui está consciente de ello, pero, estamos ciertos, jamás tuvo la intención de castigar a su antecesor. El tiempo nos dará la razón.
Ahora bien, ¿por qué retuvo a Euán Tun? Muy probablemente tampoco por ser el único capaz de manejar recursos públicos ni por el ser el mejor o el único contador de Chetumal. Ya lo adivinó Usted: Por saber el “tejemaneje” de las finanzas municipales, en el entendido de que es más fácil componer las cosas para quien las descompuso, tal y como es más fácil encontrarlas a quien las extravió o escondió.
La más extraña de las ratificaciones fue la de Jiménez Cuervo, quien sólo podría aducir que su fracaso al frente de Seguridad Pública municipal es que nunca lo dejó trabajar a su modo el odiado Bibiano Villa Castillo -de ser así, lo seguirá haciendo, por lo que se ve-, ya que no creemos que haya influido su gusto por las bebidas espirituosas.
De uno u otro modo, se esperaba que quien ascendiera sería el hasta entonces director operativo, Luis Germán Sánchez Méndez, cuya alta preparación académica y profesional universitaria y en el extranjero, así como su experiencia policiaca hubieran sido mejor garantía de resultados, aunque “el gordo” Espinosa no lo vio de esa manera, lo que aprovechó el nuevo alcalde de Tulum para llevárselo como director general.
Sobran temas sobre este malogrado arranque de trienio, entre ellos la pretensión de endrogar de nueva cuenta al Ayuntamiento, ahora con un empréstito por 80 millones de pesos que el munícipe insiste en que no se trata de deuda, sino “de dinero fresco (¿?), aunque también sigue pendiente el tema de otro “nombramiento” de Abuxapqui, el de Normando Medina Castro, pero la columna se hizo demasiado larga, por lo que ya continuaremos con este inicio con el pie izquierdo.
*Luis Angel Cabañas Basulto

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos utilizar un lenguaje formal