Política y sociedad

viernes, 25 de octubre de 2013

Asesinato, ¡otra “mancha” más del tigre!



En primera fila
                     
                                                          
         Con múltiples versiones periodísticas, la más verosímil de ellas de nuestro colega José Tejada, el Supervisor de la recién creada Policía Acreditable, perteneciente a la Policía  Estatal Preventiva (PEP), Fernando del Ángel Orozco, con clave “Ares” y mejor conocido como “El Sicario”, asesinó el martes último de seis balazos al pandillero Luis Enrique Us Chan, de 20 años de edad, luego de que éste lapidara su patrulla tras una llamada de auxilio. 
Los hechos se registraron en la confluencia de la calle Celul y la avenida Javier Rojo Gómez de la colonia Payo Obispo de esta ciudad, donde el acusado, perteneciente a la “nueva” generación de uniformados de la Secretaría de Seguridad Pública y quien tras los hechos se dio a la fuga, ya había detenido, esposado y subido indebidamente a su patrulla 1357  al hoy occiso, pero un superior suyo lo obligó a liberarlo.
No obstante, una vez libre, el joven lapidó la patrulla, agredió a los policías junto con otros vándalos y se refugiaron en predios vecinos, pero “el Sicario”, con problemas anteriores con Us Chan (a) “Huicho”, siguió a éste hasta su casa, donde efectuó varios disparos, hasta que salió a pedirle que dejara de hacerlo porque había herido a su esposa Liliana Itzel Castillo Itzá, de 19 años de edad y tres meses de gestación
Sin embargo, el policía de la “nueva generación”, con nueve años de servicio en la corporación, le disparó en el tórax, por lo que aquél se refugió de nuevo en su casa, pero el uniformado forzó la puerta y le disparó a quemarropa en varias ocasiones para darse posteriormente a la fuga, mientras sus compañeros solicitaron una ambulancia cuyos ocupantes también fueron agredidos tras retirarse los demás patrulleros. 
Según el controvertido titular de la PEP, Didier Felipe Vázquez Méndez, ex titular de la Secretaría que entonces enfrentara públicamente a las corporaciones estatal y municipal durante el trienio de Andrés Ruiz Morcillo, la balacera ocurrió cerca de las 3 de la madrugada tras que un ebrio alterara el orden en esa colonia, y aunque no quedaba claro si se trató de nueve o seis balazos en el tórax y antebrazo del hoy occiso, la autopsia reveló que fueron con un arma calibre .12
Aunque tras el asesinato, los uniformados recolectaron los casquillos para alterar evidencias de la escena del crimen, familiares de Us Chan interpusieron sendas demandas ante el Ministerio Público y la Comisión Estatal de Derechos Humanos por homicidio, exceso de fuerza, allanamiento de morada y abuso de autoridad. La policía preventiva nunca puso a disposición de las autoridades ministeriales al agente, en tanto la Procuraduría General de Justicia del Estado emitió escueto comunicado. 
         En defensa de Del Ángel Orozco, la PEP “aclaró” que un grupo de vándalos los atacó y que uno de ellos intentó agredir a uno de los uniformados con un machete, por lo que “tuvo que accionar su arma tipo “mossberg” con cartuchos de goma (derribe) para amedrentarlo”. Sin embargo, la necropsia de Criminalística confirmó que el supuesto atacante “recibió seis impactos de escopeta, bala calibre .12 DE METAL”, y no caucho como se intentó “disfrazar”. En el lugar de los hechos se halló un casquillo .223, de un arma R15 que usan los policías.
El inculpado acudió sigilosamente el miércoles a realizar su declaración preparatoria junto con otros dos agentes de la PEP, aunque llevaba un Amparo para evitar su detención. Hasta ahí las cosas, no se han dado mayores pronunciamientos de dependencias o funcionarios, concretamente en los casos de los titulares de la Secretaría y la Policía Estatal Preventiva, Carlos Bibiano Villa Castillo y Vázquez Méndez, respectivamente.
La pregunta invariable es ¿Por qué Del Ángel Orozco llevaba balas de metal y no de caucho contra situaciones de esa naturaleza? ¿De qué material eran las balas de sus demás compañeros? ¿Por qué retiraron los casquillos del lugar de los hechos y la Policía Judicial sólo encontró uno? ¿Qué tipo de balas suelen utilizar contra motines y pandilleros? ¿Por qué huyó el agente después de haber “intentado amedrentar” a su supuesto “agresor”?
¿Esta es la “nueva generación” de policías que la Secretaría entrena para enfrentar el vandalismo? ¿Qué supuestas “técnicas” emplea para enfrentar este mal social que debería prevenir y no confrontar? ¿Por qué no entregó la corporación al presunto responsable tras los hechos? ¿Acaso tampoco confía en la justicia? ¿Cuáles son los antecedentes de los problemas anteriores entre Del Angel Orozco y Us Chan?
Si la memoria no nos falla, hace unos 23 años, durante el sexenio de Miguel Borge Martín, con ocasión que un policía disparó y mató por la noche a un parroquiano a unos 30 metros de distancia en la avenida Alvaro Obregón, a la salida del desaparecido salón de baile “Club Arena”, se emitió un decreto que regulaba estrictamente la entrega de algún arma de fuego a los uniformados,
Hasta donde recordamos, los agentes tenían que pasar una serie de exámenes y demostrar la necesidad de usar armas para tener derecho a portar alguna. Inclusive, se “despistoló” algún tiempo a los policías bancarios, y a todos los privados.
Hoy en día, sin embargo, los nuevos métodos y sistemas de la “nueva” generación nos obligan irónicamente a cuidarnos de todos ellos, ya que por el simple hecho de ser policías se le entrega placa, patrulla y arma, inclusive de grueso calibre, a gente sin ningún criterio o  con la vena “atravesada”, como Del Angel Orozco. 
No cabe duda que entre Villa Castillo y la titular de la Secretaría de Educación en el Estado, Sara Latife Ruiz Chávez, se ha establecido una abierta “competencia” para determinar quién en capaz de calentarle más la cabeza al gobernador Roberto Borge Angulo, en una lista en la que se encuentra el aún director general de Gobernación, Elías Capeline Lizárraga, y a la que hoy se suma Vázquez Méndez.
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO

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