Política y sociedad

lunes, 24 de febrero de 2014

En deplorables condiciones opera SQCS

Chetumal.- Cuesta aproximadamente  86 millones 560 mil pesos anuales del erario público, el funcionamiento del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS), no obstante  su producción es tan pobre e intrascendente que ni si quiera logra cubrir las seis horas diarias de su programación y por lo mismo, a nadie le importa esta señal.

Es evidente el deterioro de las instalaciones, equipo técnico en deplorables condiciones, pues tiene más de 20 años de antigüedad, en cuanto al parque vehicular, un 80 por ciento se encuentra en talleres privados, sin la esperanza de que vuelvan en función pues ya son modelos viejos y sin reparación.

El fracaso del canal 7 más, podría en algún momento significar la clausura definitiva, si no se aplican como debe de ser los  aproximadamente  86 millones 560 mil pesos anuales del erario público, que se invierte en el SQCS.

La razón por la que los directores del SQCS no mandan a medir el tamaño de la audiencia del canal de Televisión es muy clara, no quieren quedar en evidencia.

Como todo en el gobierno, de lo que se trata es, no rendir cuentas y conservar la chamba. Es por ello que en el decreto de creación del SQCS, un documento obsoleto y sin sentido, sus creadores recurrieron a conceptos llenos de subjetividad que no sirven para evaluar lo único que da sentido a un medio masivo de comunicación: el crecimiento y conservación de la audiencia.

Un medio masivo de comunicación sin audiencia, no es un medio masivo.

En el Capítulo II del artículo SEPTIMO del documento en cuestión, relativo a los objetivos, dice a la letra:

“Tiene como objetivos inmediatos, elaborar, producir y transmitir programas que promuevan el desarrollo del Estado, difundan las acciones y obras de Gobierno, sus bellezas naturales y turísticas, así como su historia y sus manifestaciones artísticas y culturales, que estimulen la conciencia cívica fortaleciendo la identidad de los quintanarroenses, propugnando por la integración social y política de Quintana Roo”.

Este párrafo, que encierra en su esencia el sentido del canal de Televisión estatal merece su riguroso análisis:

1.- Se entiende “elaborar, producir y transmitir programas”, pero no queda claro qué es “el desarrollo del Estado”, pues se trata de un término no sólo subjetivo, sino por completo retórico y por lo mismo, imposible de medir y evaluar, al menos no, si te producción de televisión se habla. El canal de Televisión mismo es un ejemplo y reflejo del “desarrollo”, por lo que si alguien de casualidad lo ve, se le distorsiona la imagen real del desarrollo de Quintana Roo, pues a diferencia de su canal de televisivo, este no es un ente fallido.

2.- “…difundan las acciones y obras de Gobierno”, en este apartado, la difusión está centrada en la imagen del gobernador en turno. Y eso no le interesa a la población. La audiencia no se gana por decreto. Y por ende, ¿qué sentido tiene aplicar millones de pesos del erario público en una actividad inútil?, que ante las múltiples carencias de la población, la exhibición del mandatario sólo crea un sentido de animadversión hacia él mismo, o sea, más que beneficiar al gobernante, lo expone y lo destruye, aunque quizá esto no se percibe, porque en un círculo vicioso perfecto, la falta de televidentes no alcanza siquiera para que se produzca este efecto negativo.

Ante este escenario y su reducida audiencia dentro del territorio estatal, esta premisa queda como otro objetivo no alcanzado por el canal de Televisión del SQCS.

Las cifras son claras. En las elecciones de este año, la votación apenas rasguñó el 30 por ciento. Y paradójicamente, en el norte del estado, donde la población es más abundante, la proporción de emisión del voto es la más baja, en comparación a su número de habitantes.

Y desde la creación del SQCS, el 31 de Enero de 1985, siendo gobernador, Pedro Joaquín Coldwell, el nivel de votación se ha venido cayendo estrepitosamente hasta este 30  por ciento de Julio pasado.

Es decir que el canal de Televisión del SQCS no logó estimular la conciencia cívica fortaleciendo la política de Quintana Roo.

Y no lo logró con una tradicional barra de noticieros obsoletos, castrante de la diversidad política, carente de credibilidad, dedicada al enaltecimiento del gobernador en turno, caracterizada por la censura, con falta de liderazgo y de paso, con directores de noticias dedicados a ocultar información y no a difundirla, cual principio básico del periodismo.

En cuanto a los noticieros de la Televisión del SQCS en cualquiera de los nombres que ha tenido, no sólo han sido los de más baja audiencia, sino los que menos han informado sobre los temas que son del interés de los quintanarroenses y la falta de televidentes es muestra de ello.

Hacer cuentas de los millones de pesos que se han perdido para este fracaso durante 25 años resulta ya un ejercicio ocioso. Y no hay forma de recuperar el tiempo perdido.

En este momento la Televisión del SQCS produce sólo 9 programas. Y dos noticieros. Y opera con un presupuesto de 86 millones 560 mil pesos cada año.

Estos 9 programas y dos noticieros no le alcanzan para llenar las 6 horas diarias que transmite. Es decir, que de 42 horas semanales de programación, sólo cubre unas 19 horas, o sea, menos de la mitad. El resto de los programas que necesita los toman por convenio del Canal 11 y del 22. Cortesía del Semanario El Chismoso  semana 23 al 28 de febrero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos utilizar un lenguaje formal