Política y sociedad

viernes, 4 de abril de 2014

Xacur y la Crema y Nata

 Fidel Guillen Arjona
Chetumal.- Por supuesto que en el chisme hay nota. Aunque esa invención no es para producir tanta risa, como para que usted se destornille en el suelo; pero además de nota, sí resulta un pésimo comportamiento para quien escamoteo la responsabilidad de la Cámara de la Industria de la Transformación en su versión chetumaleña: Fidel Guillen Arjona.

En días pasados –reporteando en diferentes lugares- logramos conocer mejor los detalles por los mismos compañeros y socios de esa Cámara derivadas de las dificultades que se produjeron para quien ahora ocupa esa silla en el momento que uno de ellos pretendía ocupar el Consejo Coordinador Empresarial: Rodolfo Valle Villaseñor.

Ambos eran muy amigos, al menos así parecía, la confianza de quien pretendía el CCE fue exagerada con Guillen, confiarle temporalmente el cargo de la CANACINTRA, para ir en busca del CCE. “Si las aspiraciones culminan con ese cargo pues tú te quedas con la CANACINTRA”, le confió Valle a Guillen. Era su segundo de abordo en esa Cámara. Hasta eso momento Valle desconocía a la tremenda sabandija mimetizadora que tenía de compañero y amigo. 

No le salió caro conocerlo, solo no pudo retornar a su cargo de la CANACINTRA, pues Guillen mandó a cambiar las cerraduras de todos los espacios de esa oficina, la secretaria quien realizaba trabajo común para ambos fue turnada a otra área y hasta el ingreso al edificio le fue impedido. Apropiándose del mando administrativo, político y empresarial, desde luego sin todo el consenso.

El colmo de esa chamacada se dio en el aniversario de amigo común a ellos, quien los invitó a ambos a su moderada reunión, claro ambos llegaron. Guillen con los daños y efectos de la procedencia de otra fiestecita, Valle con un grupo de ejidatarios de su comunidad quizá venían de alguna oficina pues hasta el asesor legal les acompañaba. 

Y como niños escolares, recordando cuando al hombro te ponían un papelito y el promotor le decía al retador a ver quítale el papelito, al intento el otro respondía con golpes y se armaba la barrunta. Así parecido sucedía ese mismito día de la fiesta de su compañero ganadero y profesor.

Guillen ya había abandonado el local con otro amigo, pero quizá los efectos y el comportamiento infantil les hizo recordar y retornar al salón, pidió hablar con el anfitrión y lo sentó en una mesa, para extenderle –entre balbuceos- un reclamo airado y furibundo que hizo sentir ofendido al cumpleañero. Reclamándole por qué había invitado a Valle a su fiesta, aquel no merecía estar en el sitio o lugar donde él estaba. Con mucha prudencia y tacto el distinguido ganadero anfitrión le hizo ver de la libertad reservada para invitar a quien él quisiera pues ambos son sus amigos. Aunque después de ese exabrupto quedó definido quién es más amigo. 

Un chisme de tranza circula: Reciente gestión y concesión gubernamental les fue autorizada a esa Cámara, un trabajo con un valor superior a los seis millones de pesos para distribuir entre los agremiados, se trata de la fabricación de mobiliario escolar. Pero sólo se les otorgó a quienes le entregaron el “ten percent rule” por adelantado, únicamente ese selecto grupo gozará de esa prerrogativa de trabajo. Así la CANACINTRA, como juguete de insolente chamaco. ¡Hasta cuándo!(Victoriano Robles Cruz)

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