Política y sociedad

jueves, 6 de noviembre de 2014

¡Cinismo de funcionario!

En primera fila
                
                                                      Por Luis A. CABAÑAS BASULTO
Elegido el 5 de noviembre de 2009 y a unos días de concluir su periodo al frente de la Comisión Nacional de los Derechos, donde inició el día 16 de ese mes, Raúl Plascencia Villanueva estaría a punto de abandonar esa institución o, si el Senado lo permite, reelegirse para un nuevo periodo de 5 años, aunque, dadas las incesantes críticas en su contra, creemos que esto último sólo sería posible por decreto divino.
Prácticamente extraviado y renuente desde hace varias semanas a comparecer ante los legisladores, dado su controvertido trabajo ante las difíciles circunstancias por las que atraviesa el país, el funcionario, sin embargo, tuvo la osadía de presentarse hace unos días al Senado, con ocasión del análisis de candidatos a sucederle en el cargo. Buscaba su reelección.
Su recepción, no muy cálida que digamos, estuvo a cargo de la senadora  Layda Sansores San Román, quien, de entrada, le espetó un “discúlpeme, pero para mí no es bienvenido. Creí que sobre sus ambiciones personales iba a prevalecer la autocrítica y sensatez. Son condiciones muy difíciles las que vive el país y su actuación ha sido muy controvertida”, pero le preguntó: ¿Sabe usted qué es el pespunte francés?
Los 21 candidatos habían sido analizados y cuestionados, por lo que la funcionaria campechana le preguntó por parte de la sociedad civil qué haría ante una grave violación de derechos humanos, como la masacre de decenas de migrantes centroamericanos y si haría algo por evitar cremar cadáveres de esas decenas de migrantes que impidieron dar certeza a sus familiares a los que nunca recibió y que lo denunciaron a gritos en la Cámara.
Las preguntas menudeaban como martillo sobre su conciencia: Qué acciones emprendería si en la toma de protesta de un Presidente de la República, como resultado de una manifestación, dejan un año en coma a un activista hasta morir, y si interpondría, o estudiaría al menos la Ley de Telecomunicaciones de organizaciones civiles, que acusaban violación de sus derechos humanos a la libertad de expresión, y al acceso a la información y la privacidad.
Irónica, Layda Sansores le interrogaba si esperaría que la masacre de más de 20 personas por elementos del Ejército escalara a nivel mediático y cuánto tiempo esperaría para dictar medidas cautelares para salvaguardar la integridad de familiares y amigos de estudiantes normalistas desaparecidos, o si bien iría al lugar de los hechos y qué pasó con el caso del Gral. Gallardo, sobre quien desde 1996 se insistió.
Nada tenía que responder Plascencia Villanueva, ya que no hizo nada, absolutamente nada, con lo que bien logró que se titulara a la institución como “Omisión Nacional de Derechos Humanos”, pese a lo cual desde el momento que se dedicó a preparar su reelección y actuar con tibieza a enriquecer su “egoteca”, el Senado recibió toneladas de ego, cartas y cartas, prefabricadas.
Al hombre tenía suficiente tiempo para ir a Los Pinos, pero no para ir al lugar de los hechos, tal y como hubiera querido la ciudadanía, un Ombuds Person que fuera donde están las víctimas para sentir su dolor, pero él pretendía hacer todo control remoto.
Ah, pero eso sí, le daba tiempo para ir a Los Pinos, para ir a Taiwán a recibir condecoraciones, en abierta violación al Artículo 37, pero la ley no le importa. Tampoco se midió cuando le dijo al presidente Enrique Peña Nieto que es un ejemplo de exportación en el cuidado de los derechos humanos.
Por todo lo anterior, creemos que su reelección sería intransitable, sobre todo porque existen protestas por todos lados, de ciudadanos que no se sintieron atendidos, pese a que, según informe oficial, se le incrementó el presupuesto desde que llegó a la CNDH, donde empezó con cerca de 900 millones y ahora cuenta con más de mil 400 millones, aunque en 2014 sólo emitió 41 recomendaciones.
Así, las recomendaciones del 2014 costaron alrededor de 54.5 millones, y todavía tiene el cinismo de desafiar la voluntad ciudadana tratando de reelegirse.
Ahora bien, sobre las recomendaciones del 2014, por cierto con exceso de lentitud, ¡sólo ascienden a 41!, en tanto que en 2013 se dio el lujo de emitir una recomendación tras cuatro años, y de ahí que algunos diputados federales solicitaran y fundamentaran su destitución e inhabilitación.
Bien le explicaba Layda Sansores sobre el pespunte francés: Un bailable de tiempos versallescos, en los que a quien bailaba en una tanda correspondía sentarse, y como Plascencia Villanueva ya “bailó” a muchos ciudadanos, es hora de que se siente.
Apenas en septiembre último, un grupo de más de 85 ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil presentan en la Cámara de Diputados una denuncia en su contra, a fin de que se le siga un Juicio Político, según comunicado de organizaciones civiles a los medios, bajo los argumentos de gravísimas omisiones de la CNDH frente a innumerables violaciones de los derechos humanos en México y el uso de la institución a “modo” y  para fines distintos a la defensa de los derechos humanos.
Los promoventes señalaron que entre "las gravísimas violaciones a los derechos humanos frente a las que la CNDH se incluye ser omisa, en contra lo dispuesto por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en innumerables casos ¡Y quiere reelegirse! ¿Usted cree?

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