Política y sociedad

jueves, 6 de noviembre de 2014

El negro futuro de Raymundo King

Chetumal.- Chetumaleño de nacimiento y político por azares del destino, el diputado federal Raymundo King de la Rosa se encuentra actualmente en el pico más alto de su carrera política que se disparó hacia la estratósfera gracias a que se ganó la confianza del gobernador Roberto Borge Angulo desde que éste era candidato. Eso bastó para que en los últimos años su currículum se adorne con los puestos de líder estatal del PRI y legislador federal.
Sin embargo aunque en los hilos de la política nada se sabe a ciencia cierta, existen elementos que apuntan a una predicción desoladora para el porvenir de Raymundo King, que en su acelerado ascenso en la pirámide del poder no solo se ha olvidado de quienes lo impulsaron en el pasado, sino que también está dinamitando con sus acciones su futuro.
Ambicioso y egoísta, características sumamente comunes en la clase política chetumaleña, Raymundo vive el presente sin pensar en el día de mañana. Se sabe cobijado por quien detenta el poder en Quintana Roo, lo que lo hace soñar incluso con la gubernatura, aunque eso esté totalmente fuera de su alcance.
Y es que solo tres años de estar en la cima  le bastaron al joven político chetumaleño para dar la espalda a los votantes que creyeron en él, a sus “amigos” de antaño, e incluso a los políticos y funcionarios del patio que le brindaron oportunidades cuando no era nadie.
Ahora, los mira por encima del hombro, y si les debe algo hace como que no se acuerda.
Pero traicionar a sus amigos es una cosa, y traicionar a la ciudadanía es otra. El sentido de sus votos en la Cámara Baja del Congreso de la Unión, su mediocre desempeño y su discurso en donde constantemente recuerda su lealtad y compromiso únicamente con el gobernador dejan claro que en nada agradece el apoyo ciudadano.
Porque ser institucional es una cosa, y por supuesto que tiene mucho que agradecer al gobernador Roberto Borge, pero que no se olvide que la diputación es un puesto de representación popular, y que su compromiso debe ser aún mayor con los ciudadanos a los que ni siquiera atiende.
Este viernes Raymundo King de la Rosa realizará un evento de autopromoción disfrazado de informe de labores, donde quiere mostrar, como lo hizo “Chanito” Toledo hace unos días, que es una de las piezas fuertes del gobernador Roberto Borge Angulo, e incluso se ve como posible “delfín”.
No ha escatimado recursos, tapizando con publicidad la capital y sus alrededores para una rendición de cuentas que será todo menos eso. Pero todo eso de poco le servirá, porque con el retorno del PRI a Los Pinos, las candidaturas y las posiciones de poder serán palomeadas en el escritorio del presidente Enrique Peña Nieto.
Como señalé anteriormente, hay elementos comunes que pueden ayudar a predecir el posible rumbo de una carrera política. Raymundo tiene grandes semejanzas con otro chetumaleño que también probó las delicias del poder, y que hoy es un fantasma de lo que pudo haber sido; me refiero a Moisés Pacheco Briceño, conocido en el ambiente de la grilla con el apodo de “El hueso”.
Moisés, en sus buenos tiempos, al igual que Raymundo tenía derecho de picaporte con el gobernador en turno. Al igual que Raymundo tuvo una carrera meteórica y gozo de posiciones de privilegio. Al igual que Raymundo se olvidó de aquellos que le dieron la mano, que lo impulsaron, que lo convirtieron en político. Se olvidó incluso de sus propios familiares.
Al igual que Raymundo despreció el apoyo ciudadano, y al igual que Raymundo no se preocupó en formar un equipo político profesional y comprometido, jóvenes y no tan jóvenes que pudieran tomar la estafeta cuando fuera necesario. Apostó todas sus fichas a una casilla, y lo perdió todo.
Hoy, Moisés Pacheco deambula por las oficinas públicas como un alma en pena. Atrás quedaron esos años de poder, de riqueza, de gloria. Recuperó algo de su humildad perdida, también algunas –no todas- de las amistades que dejó en el camino, pero su carrera política está en una tumba desde hace muchos años.
El diputado Raymundo ya no cuenta con el respaldo de los ciudadanos que creyeron en él; no tiene tampoco un grupo propio que lo respalde y que sea su moneda de cambio si el viento político cambia de repente, y se dirige al mismo limbo en el que han caído, para desgracia del sur, decenas de personajes públicos chetumaleños.
Sí, todo indica que le espera un negro futuro.

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