Aunque parezca exagerado, nunca antes como ahora existió tanta preocupación entre los burócratas locales, chetumaleños, principalmente, como era de esperarse, tras el reciente anuncio del Gobierno del Estado, en el sentido de desaparecer secretarías de gabinete, fusionar dependencias y retabular salarios, lo que tiene en jaque a miles de trabajadores. Lógico: Más del 70 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) del Sur depende, vive del gobierno.
Pese al ofrecimiento de la Oficialía
Mayor de que no desampararía a los afectados, lo cierto es que, como se dice en
el argot, cualquiera se come de lengua un kilo, ya que se ignora de dónde
pretenden sacar una “varita mágica” para solucionar los mil y un problemas “en
cascada” que se generarán cuando, como siempre ocurre, el dócil Congreso del
Estado avale la iniciativa que pende como Espada de Damocles sobre los
burócratas.
Como “anticipo”, las comisiones de
Puntos Constitucionales de la XIII Legislatura (diputados Manuel Aguilar
Ortega, Ramón Loy Enríquez y Alejandra Cárdenas) y de Puntos Constitucionales y
Asuntos Municipales (Lucelly Marianela Roldán Carrillo, María Rinelda Dzul
Balam y Armando Palomo Gómez), aprobaron el dictamen de iniciativa sobre nuevos
tabuladores que presentarán al Pleno para su “discusión” en el periodo
extraordinario que iniciará este martes.
No se espera marcha atrás ni
modificaciones a ese maquiavélico plan
para impactar entre la clase trabajadora los errores y dispendio del ex
gobernador Félix González, así como el evidente derroche en la reciente campaña
electoral del PRI, cuando se aplicaron recursos que se debieron abonar a la
deuda pública. Pero no, en todo el año
no se pagó un solo centavo para cumplir ese compromiso financiero con
las instituciones bancarias.
También hoy más que nunca retumba en el
cerebro de los votantes la frase “Conmigo ganarás más”, que los candidatos del
PRI utilizaron para engañar simpatizantes, que “perdonaron” el desgobierno del
cozumeleño y entregaron todas las presidencias municipales y diputaciones
locales, excepto una de Cozumel.
Según comenta la página Voces Del Sur,
“después de tres años de dispendio y gastos y lujos en exceso; Roberto Borge
anuncia un programa de austeridad que incluye la reducción de las prestaciones
de él y todo su gabinete; sin embargo, el daño colateral lo sufrirán cientos (miles)
de trabajadores que cuentan con incentivos ganados durante años de servicio, y
de los cuales depende en mucho su gasto familiar”.
Esta medida, añade, ha generado un
sentimiento de odio de la sociedad hacia el ineficaz Gobierno del Estado, desde
donde se han demostrado dotes para la farándula y el glamour, pero una visión
corta para gobernar, además de una pésima administración de las finanzas estatales.
Al menos, este es sólo uno de los más
variados comentarios en torno a esta impúdica determinación de resolver errores
a “costillas” de otros, ya que para nadie es un secreto que durante el sexenio
del hoy Senador de la República se gastó dinero a lo loco y surgieron no sólo
nuevos millonarios, sino también “prestanombres” que poco a poco han ido
mostrando su riqueza en las más increíbles inversiones, por ejemplo en un nuevo
hotel de la avenida Alvaro Obregón de Chetumal que, como emblema, cínica y “curiosamente”,
lleva la letra “F”…, como el nombre de Félix.
Respetable abogado local, Raúl Ojeda
González dice recordar que al principio del sexenio de Borge Angulo se
anunciaban con bombos y platillos acciones que harían crecer la capital del Estado,
aunque reconoce haber sido crítico al mencionar que el dispendio sería el acabose
de la economía estatal. Y le atinó
Agrega que aunque los jóvenes son el
futuro del país, Estado y municipio, la
inexperiencia y capricho han hecho que el gobierno sea desatinado en sus
acciones económicas, en tanto que la inversión política se encaminó al PRI a
como diera lugar, ya que el Gobierno del Estado sufrió la pérdida de confianza
del presidente de la República después que éste perdiera en las elecciones en
el Estado, y de ahí que en los recientes comicios se invirtiera mucho en el PRI
para recuperar al 100% el control del Estado. Coincidimos con sus
apreciaciones.
Las preguntas obligadas son, entre
otras, ¿qué sucederá con los trabajadores que gozan de incentivos y
compensaciones devengadas a lo largo de muchos años de servicio, y de los
cuales dependen muchos gastos familiares programados? ¿Cuántos ya no podrán
pagar el auto en el que acudían a su trabajo transportan a sus hijos a la
escuela? ¿Cuantos ya no podrán seguir pagando la hipoteca de su casita? ¿Habrá
calculado el Gobierno del Estado el daño colateral que se generarán con estas
medidas?
Por si fuera poco, existen fundadas
sospechas en el sentido de que muchas dependencias de las que no se mencionan
también están a punto de desaparecer, una de ellas la Dirección de Atención
Ciudadana (DAC), que depende de la Seplader,
próxima a desaparecer, además de que, quiérase o no, una vez recibidas que
tomen posesión los nuevos presidentes municipales y diputados, con toda
seguridad habrá otra “cascada” de despidos, acomodos de amigos... y estúpidas justificaciones,
lo que es tradicionalmente inevitable.
¿Habrá nuevo programa de Retiro
“Voluntario”?, ¿Cuánto se pretende erogar por ese concepto? ¿Cuántos despidos
están programados? ¿Se les liquidará? ¿Cuántas dobles plazas han desaparecido?
¿Cuánto se “ahorrará? ¿También habrá medidas similares en los Ayuntamientos? Si
hablamos de por lo menos 500 despidos y consideramos que de cada afectado
dependen por lo menos tres “bocas”, esto significa que habrá por lo menos dos
mil nuevos desempleados que, nos preguntamos, ¿Tendrán que dedicarse a robar?
¿Se “incorporarán” al narcotráfico? Etc., etc. etc.
(Permitida la copia, publicación o
reproducción total o parcial de la columna con la cita del nombre de su autor)
*Luis Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en
Chetumal, Quintana Roo, con más de 35 años de trayectoria como reportero, jefe
de información, editor y jefe de redacción de diversos medios de información,
también ha fungido como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres
presidentes municipales, y publicado tres libros.
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
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