En primera fila
“Hazañas” de legisladora
del PRD
Yucateca de origen, pero representante
de Quintana Roo en el Senado de la República, la perredista Luz María Beristain,
ahora identificada en redes sociales como #LadyDelSenado por humillar a una
empleada de aerolínea que le indicó que el vuelo estaba cerrado después de que
llegara tarde, se convirtió este miércoles en la funcionaria más criticada del
país y del propio Senado por ese escándalo que sacudió de nuevo las altas
esferas políticas.
De 49 años de edad, miembro del PRD
desde 1995 y “Miss Yucatán” en 1984, la siempre polémica funcionaria, conocida
en el ambiente político como “la Güera Beristain”, se ostentó como “autoridad y
representante popular en la tribuna más alta del país” ante el mostrador de la
agencia VivaAerobus para reclamar a la joven trabajadora haber perdido el vuelo
“por sólo 9 minutos”.
Profusamente difundida la información
por Internet, la cuestionada representante del PRD, irónicamente, anunció más
tarde en Twitter que ofrecería una disculpa pública por lo ocurrido, pero
insistió en que denunciará ante la Profeco “el mal servicio” de la agencia.
Sustituta de Joaquín González Castro el
24 de abril del 2012 para contender por el PRD como senadora por la primera fórmula
en Quintana Roo, luego de un resolutivo del TRIFE que revocó la
candidatura del primero, la Comisión
Nacional Política de ese partido determinó que contaba con mayor trayectoria, liderazgo social y considerables
antecedentes electorales y políticos que
sus entonces contrincantes, Gerardo Mora, Latifa Muza, Antonio Meckler y Raúl
Arjona.
Licenciada en Relaciones
Internacionales y un supuesto trabajo en su currículum como legisladora en pro
de las mujeres, los sectores vulnerables, la discriminación, la homofobia y los
derechos humanos, en esta ocasión, no obstante, perdió la diplomacia y formas
para acusar a la empleada de ser “misógina” y de que “alguien te la hizo y yo
tengo que pagarla”, por lo que aseguró que “la señorita está peleada con la
vida” y, en actitud intimidatoria, le tomó una serie de fotos.
Sin ninguna iniciativa presentada y con
11 ausencias en 48 sesiones del Senado, sólo superada por el priísta Joel Ayala
Almeida (32 faltas), la panista Martha
Elena García Gómez (34) y la aliancista Mónica Arriola Gordillo, hija de la ex
lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo (35), la política fue presidenta del
CDE del PRD (2004-2005) y diputada en la XII Legislatura estatal, donde, irónicamente,
presidió la Comisión de Derechos Humanos.
Con este panorama, la perredista se
convirtió en la segunda senadora por Quintana Roo en protagonizar un escándalo
nacional, luego de que el representante del Partido Verde Ecologista, el “Niño
Verde” Jorge Emilio González Martínez, fuese remitido al “Torito” a mediados de
febrero de este año, después de reprobar la prueba del alcoholímetro en la
ciudad de México por la madrugada, tras ingerir “sólo cuatro tequilas”.
El no menos controvertido político,
quien arribó al Senado en fórmula con el priísta Félix González, manejaba su
vehículo en estado de ebriedad y cuando se le pidió detenerse en un punto de
revisión dio un nombre falso, aunque sus escoltas revelaron su verdadera
identidad y amenazaron a los policías con “destituirlos” si no lo dejaban ir. Fue
trasladado al “Torito”, pero seis horas después salió libre con un Amparo
“porque tenía sed y frío”.
Asimismo, Luz María Beristain se suma a
la lista de la lista de quienes han trascendido en el ámbito nacional por
abusar de “influyentismo”, entre ellos Andy
Benítez, hija del ex titular de la Profeco, Humberto Benítez Treviño, quien el
26 de abril “ordenó” la clausura de un restaurante porque no le proporcionaron una
mesa, por lo que en redes sociales se le “bautizó” con el mote de #Ladyprofeco.
Por si fuera poco, la yucateca-quintanarroense,
quien reconoce su cercanía con Andrés Manuel López Obrador, alega no haber sido
prepotente cuando pretendía abordar un vuelo de la metrópoli a la ciudad de
Cancún, sino que fue “una reacción fuerte de una mujer valiente”, y que aunque
“soy una senadora, pero antes que todo una mujer apasionada y por eso me
defendí de una injusticia”.
Lo ocurrido es por sí mismo un
editorial, aunque habría que preguntarse si alguien osaría apostar a favor de
la política que, sin cumplir con su papel de legisladora en el Senado, donde
cobra una jugosa “dieta” de más de 125 mil pesos mensuales, entre otros, no
sólo falta a las sesiones, sino que ha sido sorprendida en brazos de Morfeo en
más de una ocasión.
La verdad es que “valiente” apoyo
aporta a sus correligionarios de cara a las elecciones de julio, por lo que no
sólo cabría una fuerte sanción por parte de su dirigencia, sino también una
pública disculpa a los quintanarroenses y a quienes confiaron con su voto para
hacer posible su ascenso a la que, en efecto, debiera ser la más alta tribuna
del país, el Senado, pero que funcionarios como ella y el “Niño Verde” se han
ocupado en convertir en parapeto para verter sus traumas e “influencias”.
Como bien se preguntan conocedores
políticos, ¿acaso será necesaria la creación de una suerte de Comisión de
Seguimiento para el Buen Comportamiento de Funcionarios Públicos?
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