De “vicegobernador” a
promotor
Dos veces en la antesala
de la gubernatura de Quintana Roo, la primera de ellas como posible
precandidato en 2004, el chetumaleño Eduardo Ovando Martínez vio pasar sus
mejores años como uno de los grandes exponentes de la política del Sur, aunque
no por ello ha dejado de practicar esa actividad, posiblemente a favor de su
partido, el PRI, pero, lamentablemente sin ningún beneficio para la población.
Integrante de la terna de
“grandes” priístas por la sucesión del chetumaleño Joaquín Hendricks Díaz, junto con los entonces
diputados federales Félix González (I Distrito) y Víctor Alcérreca Sánchez (II
Distrito), así como la Senadora Addy Joaquín Coldwell, nuestro personaje era
prácticamente el favorito sentimental de la región por su condición de paisano.
Más discreto que ellos y
con muchas menos posibilidades, también “sonaron” los nombre de Eduardo
Espinosa Abuxapqui, Carlos Hernández Blanco, Gabriel Mendicuti Loría, Miguel
Ramón Martín Azueta, Javier Díaz Carvajal, Pedro Ramón Peña Xicum y María Rubio
Eulogio de Hendricks, aunque, con todo, el entonces Senador Ovando Martínez y
su “red de Amigos” era el preferido.
Derrotado finalmente en la
Convención de Delegados del PRI, método con el que nunca estuvo de acuerdo, el
funcionario, que actualmente se desempeña como “asesor de gobierno” -al igual
que políticos chetumaleños relegados de cargos importantes-, había formado un equipo
de trabajo para la gubernatura, al que no permitían entrar a nadie, aunque para
no pocos su principal defecto sería su soberbia.
Tras el triunfo de Félix
González fue relegado en los primeros años, aunque posteriormente se le
incorporó en cargos de menor jerarquía, como la representación de gobierno en
la Zona Norte y la responsabilidad de campaña priísta en Cozumel, hasta
convertirse finalmente en Secretario de Gobierno, equivalente a la
“vicegubernatura” del Estado” por considerarse el cargo de mayor jerarquía
después de la del Jefe del Ejecutivo.
Tras estar tan cerca del
“cielo”, sin embargo, posteriormente fue nombrado titular de la recién creada
Secretaría del Trabajo, de donde lo relevó el ahora nuevo delegado del ISSSTE,
el cuestionado cozumeleño Carlos Hernández Blanco, aunque Ovando Martínez, por
lo que vemos, siguió con la tarea de “proteger” las fuentes de trabajo,
lamentablemente, sólo las suyas y las de su familia.
Así, el otrora popular
“Gallina”, quien tuviera como suplente de Senador al hoy cuestionado diputado
local electo Juan Manuel Herrera, se convirtió en “promotor” y empresario en
Tulum, con una franquicia de venta de pollos y una agencia privada de
seguridad, ésta en sociedad con Adrián Valdovinos Martínez, quien fuera jefe de
escoltas de la encarcelada ex presidenta municipal de ese municipio, Edith
Mendoza Pino.
Poseedor de terrenos en
Playa del Carmen, Eduardo Ovando, a quien se le acusa de no haber distribuido
50 millones de pesos que presuntamente le habría devuelto Félix González por
sus gastos de campaña y que habrían aportado sus amigos, también obtuvo del ex gobernador
la Notaría Pública número 43 para su cuñada Dolores de las Mercedes Rivera
Aguilar.
Más aun, promovió para su
hija Paola Ovando Rivera -ex presidenta de Mujeres Emprendedoras por Quintana
Roo y ex directora de auditoría en
la Secretaría de Hacienda- el envidiable puesto de subdelegada de Desarrollo
Social y Humano de la Secretaría de Desarrollo Social, suponemos para
“compensar” a “los chetumaleños” con la titularidad del cozumeleño Fabián
Vallado Fernández.
En este sentido, “otro
chetumaleño”, Vicente Aguilar Rojas -ex director general de Notarías de la
Secretaría de Gobierno, que encabezaba Eduardo Ovando y desde donde surgió la
Notaría para la cuñada de éste- fue nombrado Consejero General del Instituto
Electoral de Quintana Roo. Todo estaría bien si no fuera porque se trata del
esposo de Paola Ovando, sospechosamente, yerno de la “Gallina”.
El funcionario es hijo de
otro político, Vicente Aguilar Ongay, eterno coordinador de procesos
electorales del CDE del PRI, aunque la lista de promovidos por el ex suspirante
a gobernador, hoy supuestamente aquejado por penoso mal, se extiende con el
nombre de otro de sus vástagos, Eduardo Ovando Rivera, secretario técnico de la
Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Otro de los vástagos beneficiados
de Ovando Martínez, quien encabeza la Comisión de Asuntos Políticos y Gubernamentales
del Comité de Recepción de la presidencia municipal de Benito Juárez, es
Claudia Yunué Ovando -ex directora de Planeación y Desarrollo de la Secretaría
Estatal de Turismo y ex directora de Relaciones Públicas de la Secretaría
Particular del Ejecutivo-, para quien el político “promovió” para ocupar la subprocuradora
fiscal de Hacienda del Estado.
Con todo, nuestro
personaje, dijo durante esos trabajos que la principal obligación de los alcaldes
electos, particularmente de Benito Juárez, es escoger bien a los colaboradores,
sin menospreciar la capacidad propia de la nueva generación, aunque, hasta
donde sabemos, busca para su hijo del mismo nombre el cargo de titular de la
Dirección de Gobierno Municipal en Cancún. ¿Para eso sirven nuestras
autoridades?, nos preguntamos. Nosotros creíamos que para servir a la comunidad
¡No sólo a la propia familia!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradecemos utilizar un lenguaje formal