En primera
fila
Con
múltiples versiones periodísticas, la más verosímil de ellas de nuestro colega
José Tejada, el Supervisor de la recién
creada Policía Acreditable, perteneciente a la Policía Estatal Preventiva (PEP), Fernando del Ángel Orozco, con clave
“Ares” y mejor conocido como “El Sicario”, asesinó el martes último de seis
balazos al pandillero Luis Enrique Us Chan, de 20 años de edad, luego de que éste
lapidara su patrulla tras una llamada de auxilio.
Los hechos se registraron en la confluencia de la calle
Celul y la avenida Javier Rojo Gómez de la colonia Payo Obispo de esta ciudad,
donde el acusado, perteneciente a la “nueva” generación de uniformados de la
Secretaría de Seguridad Pública y quien tras los hechos se dio a la fuga, ya
había detenido, esposado y subido indebidamente a su patrulla 1357 al hoy occiso, pero un superior suyo lo
obligó a liberarlo.
No obstante, una vez libre, el joven lapidó la
patrulla, agredió a los policías junto con otros vándalos y se refugiaron en
predios vecinos, pero “el Sicario”, con problemas anteriores con Us Chan (a) “Huicho”,
siguió a éste hasta su casa, donde efectuó varios disparos, hasta que salió a
pedirle que dejara de hacerlo porque había herido a su esposa Liliana Itzel
Castillo Itzá, de 19 años de edad y tres meses de gestación
Sin embargo, el policía de la “nueva generación”, con
nueve años de servicio en la corporación, le disparó en el tórax, por lo que aquél
se refugió de nuevo en su casa, pero el uniformado forzó la puerta y le disparó
a quemarropa en varias ocasiones para darse posteriormente a la fuga, mientras
sus compañeros solicitaron una ambulancia cuyos ocupantes también fueron
agredidos tras retirarse los demás patrulleros.
Según el controvertido titular de la PEP, Didier Felipe Vázquez Méndez, ex titular de la Secretaría que entonces
enfrentara públicamente a las corporaciones estatal y municipal durante el
trienio de Andrés Ruiz Morcillo, la balacera ocurrió cerca de las 3 de la
madrugada tras que un ebrio alterara el orden en esa colonia, y aunque no quedaba
claro si se trató de nueve o seis balazos en el tórax y antebrazo del hoy
occiso, la autopsia reveló que fueron con un arma calibre .12
Aunque tras el asesinato, los uniformados
recolectaron los casquillos para alterar evidencias de la escena del crimen, familiares
de Us Chan interpusieron sendas demandas ante el Ministerio Público y la
Comisión Estatal de Derechos Humanos por homicidio, exceso de fuerza,
allanamiento de morada y abuso de autoridad. La policía preventiva nunca puso a
disposición de las autoridades ministeriales al agente, en tanto la Procuraduría
General de Justicia del Estado emitió escueto comunicado.
En
defensa de Del
Ángel Orozco, la PEP “aclaró” que un grupo de vándalos los
atacó y que uno de ellos intentó agredir a uno de los uniformados con un
machete, por lo que “tuvo que accionar su arma tipo “mossberg” con cartuchos de
goma (derribe) para amedrentarlo”. Sin embargo, la necropsia de Criminalística
confirmó que el supuesto atacante “recibió seis impactos de escopeta, bala calibre .12 DE METAL”, y no
caucho como se intentó “disfrazar”. En
el lugar de los hechos se halló un casquillo .223, de un arma R15 que usan los policías.
El inculpado acudió sigilosamente el miércoles a
realizar su declaración preparatoria junto con otros dos agentes de la PEP,
aunque llevaba un Amparo para evitar su detención. Hasta ahí las
cosas, no se han dado mayores pronunciamientos de dependencias o funcionarios,
concretamente en los casos de los titulares de la Secretaría y la Policía
Estatal Preventiva, Carlos Bibiano Villa Castillo y Vázquez Méndez,
respectivamente.
La pregunta invariable es ¿Por
qué Del Ángel Orozco llevaba balas de metal y no de caucho contra situaciones
de esa naturaleza? ¿De qué material eran las balas de sus demás compañeros?
¿Por qué retiraron los casquillos del lugar de los hechos y la Policía Judicial
sólo encontró uno? ¿Qué tipo de balas suelen utilizar contra motines y
pandilleros? ¿Por qué huyó el agente después de haber “intentado amedrentar” a
su supuesto “agresor”?
¿Esta es la “nueva generación” de
policías que la Secretaría entrena para enfrentar el vandalismo? ¿Qué supuestas
“técnicas” emplea para enfrentar este mal social que debería prevenir y no
confrontar? ¿Por qué no entregó la corporación al presunto responsable tras los
hechos? ¿Acaso tampoco confía en la justicia? ¿Cuáles son los antecedentes de
los problemas anteriores entre Del Angel Orozco y Us Chan?
Si la memoria no nos falla, hace
unos 23 años, durante el sexenio de Miguel Borge Martín, con ocasión que un
policía disparó y mató por la noche a un parroquiano a unos 30 metros de
distancia en la avenida Alvaro Obregón, a la salida del desaparecido salón de
baile “Club Arena”, se emitió un decreto que regulaba estrictamente la entrega
de algún arma de fuego a los uniformados,
Hasta donde recordamos, los
agentes tenían que pasar una serie de exámenes y demostrar la necesidad de usar
armas para tener derecho a portar alguna. Inclusive, se “despistoló” algún
tiempo a los policías bancarios, y a todos los privados.
Hoy en día, sin embargo, los
nuevos métodos y sistemas de la “nueva” generación nos obligan irónicamente a
cuidarnos de todos ellos, ya que por el simple hecho de ser policías se le
entrega placa, patrulla y arma, inclusive de grueso calibre, a gente sin ningún
criterio o con la vena “atravesada”,
como Del Angel Orozco.
No cabe duda que entre Villa
Castillo y la titular de la Secretaría de Educación en el Estado, Sara Latife
Ruiz Chávez, se ha establecido una abierta “competencia” para determinar quién
en capaz de calentarle más la cabeza al gobernador Roberto Borge Angulo, en una
lista en la que se encuentra el aún director general de Gobernación, Elías
Capeline Lizárraga, y a la que hoy se suma Vázquez Méndez.
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO
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