Chetumal.-
Cuesta aproximadamente 86 millones 560
mil pesos anuales del erario público, el funcionamiento del Sistema
Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS), no obstante su producción es tan pobre e intrascendente
que ni si quiera logra cubrir las seis horas diarias de su programación y por
lo mismo, a nadie le importa esta señal.
Es
evidente el deterioro de las instalaciones, equipo técnico en deplorables
condiciones, pues tiene más de 20 años de antigüedad, en cuanto al parque
vehicular, un 80 por ciento se encuentra en talleres privados, sin la esperanza
de que vuelvan en función pues ya son modelos viejos y sin reparación.
El
fracaso del canal 7 más, podría en algún momento significar la clausura
definitiva, si no se aplican como debe de ser los aproximadamente 86 millones 560 mil pesos anuales del erario
público, que se invierte en el SQCS.
La
razón por la que los directores del SQCS no mandan a medir el tamaño de la
audiencia del canal de Televisión es muy clara, no quieren quedar en evidencia.
Como
todo en el gobierno, de lo que se trata es, no rendir cuentas y conservar la
chamba. Es por ello que en el decreto de creación del SQCS, un documento
obsoleto y sin sentido, sus creadores recurrieron a conceptos llenos de
subjetividad que no sirven para evaluar lo único que da sentido a un medio
masivo de comunicación: el crecimiento y conservación de la audiencia.
Un
medio masivo de comunicación sin audiencia, no es un medio masivo.
En
el Capítulo II del artículo SEPTIMO del documento en cuestión, relativo a los
objetivos, dice a la letra:
“Tiene
como objetivos inmediatos, elaborar, producir y transmitir programas que
promuevan el desarrollo del Estado, difundan las acciones y obras de Gobierno,
sus bellezas naturales y turísticas, así como su historia y sus manifestaciones
artísticas y culturales, que estimulen la conciencia cívica fortaleciendo la
identidad de los quintanarroenses, propugnando por la integración social y
política de Quintana Roo”.
Este
párrafo, que encierra en su esencia el sentido del canal de Televisión estatal
merece su riguroso análisis:
1.-
Se entiende “elaborar, producir y transmitir programas”, pero no queda claro
qué es “el desarrollo del Estado”, pues se trata de un término no sólo
subjetivo, sino por completo retórico y por lo mismo, imposible de medir y
evaluar, al menos no, si te producción de televisión se habla. El canal de
Televisión mismo es un ejemplo y reflejo del “desarrollo”, por lo que si
alguien de casualidad lo ve, se le distorsiona la imagen real del desarrollo de
Quintana Roo, pues a diferencia de su canal de televisivo, este no es un ente
fallido.
2.-
“…difundan las acciones y obras de Gobierno”, en este apartado, la difusión
está centrada en la imagen del gobernador en turno. Y eso no le interesa a la
población. La audiencia no se gana por decreto. Y por ende, ¿qué sentido tiene
aplicar millones de pesos del erario público en una actividad inútil?, que ante
las múltiples carencias de la población, la exhibición del mandatario sólo crea
un sentido de animadversión hacia él mismo, o sea, más que beneficiar al
gobernante, lo expone y lo destruye, aunque quizá esto no se percibe, porque en
un círculo vicioso perfecto, la falta de televidentes no alcanza siquiera para
que se produzca este efecto negativo.
Ante
este escenario y su reducida audiencia dentro del territorio estatal, esta
premisa queda como otro objetivo no alcanzado por el canal de Televisión del
SQCS.
Las
cifras son claras. En las elecciones de este año, la votación apenas rasguñó el
30 por ciento. Y paradójicamente, en el norte del estado, donde la población es
más abundante, la proporción de emisión del voto es la más baja, en comparación
a su número de habitantes.
Y
desde la creación del SQCS, el 31 de Enero de 1985, siendo gobernador, Pedro
Joaquín Coldwell, el nivel de votación se ha venido cayendo estrepitosamente
hasta este 30 por ciento de Julio pasado.
Es
decir que el canal de Televisión del SQCS no logó estimular la conciencia
cívica fortaleciendo la política de Quintana Roo.
Y
no lo logró con una tradicional barra de noticieros obsoletos, castrante de la
diversidad política, carente de credibilidad, dedicada al enaltecimiento del
gobernador en turno, caracterizada por la censura, con falta de liderazgo y de
paso, con directores de noticias dedicados a ocultar información y no a
difundirla, cual principio básico del periodismo.
En
cuanto a los noticieros de la Televisión del SQCS en cualquiera de los nombres
que ha tenido, no sólo han sido los de más baja audiencia, sino los que menos
han informado sobre los temas que son del interés de los quintanarroenses y la
falta de televidentes es muestra de ello.
Hacer
cuentas de los millones de pesos que se han perdido para este fracaso durante
25 años resulta ya un ejercicio ocioso. Y no hay forma de recuperar el tiempo
perdido.
En
este momento la Televisión del SQCS produce sólo 9 programas. Y dos noticieros.
Y opera con un presupuesto de 86 millones 560 mil pesos cada año.
Estos
9 programas y dos noticieros no le alcanzan para llenar las 6 horas diarias que
transmite. Es decir, que de 42 horas semanales de programación, sólo cubre unas
19 horas, o sea, menos de la mitad. El resto de los programas que necesita los
toman por convenio del Canal 11 y del 22. Cortesía del Semanario El Chismoso semana 23 al 28 de febrero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradecemos utilizar un lenguaje formal