Política y sociedad

viernes, 1 de marzo de 2013

¿Maquiavelismo contra Elba Esther?

En primera fila

                         ¿Maquiavelismo contra Elba Esther?

                                                           Por Luis A. CABAÑAS BASULTO

      Independientemente de la justicia o legalidad -que no es lo mismo- aplicada en el caso de la ex dirigente nacional del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, el presidente Enrique Peña Nieto ha puesto de manifiesto inicialmente ser simpatizante de la política de Maquiavelo, la misma que aplicó hace cerca de una veintena de años su ex homólogo Carlos Salinas de Gortari y que han pasado por alto comentaristas y líderes de opinión.
En efecto, adoptar medidas de enorme impacto desde el inicio de su gobierno para imponer respeto y temor entre la población, no sólo puede calificarse como una forma de legitimarse en el poder, como han sugerido algunos editorialistas nacionales tras la captura de quien acumulaba una escandalosa y millonaria riqueza a costa de los maestros, sino también como una política surgida de la imaginaria reunión entre Maquiavelo y Montesquieu.
Poco más de 3 meses después, el 24 de abril, a Carlos Salinas y su Secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios, les bastó media mañana para provocar la renuncia a todos sus cargos -menos el de Senador- a Carlos Jonguitud Barrios, líder vitalicio de Vanguardia Revolucionaria y cacique del SNTE. Manuel Camacho Solís, entonces recalcitrante salinista y Jefe del Departamento del Distrito Federal, ya había tomado bajo su protección a Elba Esther, la había nombrado Delegada de Gustavo A. Madero y operó lo necesario para consolidarla como la nueva dirigente.
A 24 años de distancia, “La maestra”, de 68 años de edad, fue detenida el miércoles último tras que la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público presentara una denuncia formal ante la PGR al detectar una operación irregular por 2 mil 600 millones de pesos ¡en tan sólo dos de las cerca de 80 cuentas del gremio!, donde, de 2008 a 2012, se desviaron fondos de trabajadores a cuentas de Nora Guadalupe Ugarte, Isaías Gallardo Chávez y José Manuel Díaz Flores, principalmente, así como de una compañía propiedad de la mamá de Elba Esther Gordillo, sin estar autorizado legalmente ninguno de ellos.
La detención de la odiada e impopular mujer, a quien sustituyó  provisionalmente en el SNTE Juan Días de la Torre, fue aplaudida en prácticamente todo el país, y aunque generó los más variados comentarios favorables al gobierno de Peña Nieto, lo cierto es que también dejó un mundo de dudas y preguntas, principalmente en torno al objetivo, el objetivo y si fue solo una llamarada de petate, aunque también nos preguntamos quién será el próximo, si es que lo habrá, o bien se trató simplemente de una venganza o una medida maquiavélica.
Por lo pronto, para justificar esa medida, existe toda una “danza de millones” y fríos números sobre la indignante fortuna de Elba Esther, quien, paradójicamente sería el propio Jonguitud Barrios durante cuyo liderazgo de 15 años le entregó una plaza de maestra rural en el Estado de México, y luego la convirtió en su brazo derecho dentro de la organización, hasta que ella misma lo sustituyó.
También paradójicamente, uno de los llamados a sucederla es el propio hijo de Jonguitud Barrios, Carlos Jonguitud Carrillo, maestro y pedagogo por la Universidad de Cambridge, quien inició en mayo del 2009 una campaña nacional para sustituir a Elba Esther, para lo cual dijo contar con un fondo económico constituido con apoyo de “algunos gobernadores” de distintos partidos políticos. 
Para ese efecto se constituyó el Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores al Servicio de la Educación (SNDTSE), que disputa el contrato colectivo al SNTE y un grupo de mil 500 maestros lo designó su líder moral, mientras que Joel Ayala, dirigente de la FSTSE, es su principal apoyo político.
Al emprender la cruzada para promover la caída de Elba Esther, Jonguitud Carrillo alentó primero el “voto de castigo” contra el Partido Nueva Alianza -que creó la maestra- en las recientes elecciones del 5 de julio e impulsó la desafiliación de maestros de ese partido ante el IFE, en tanto buscaba detener la “electorización” del sistema educativo, y evitar que más de 80 mil maestros, supervisores e inspectores escolares fueran funcionarios de casillas, así como distribuir correos electrónicos y volantes, y realizar eventos públicos en los Estados.
El caso de Elba Esther amenaza con ríos de tinta en los próximos meses, aunque, tras la liberación de la francesa Florence Cassez, los mexicanos temen que en la Suprema Corte de Justicia se pudiera tramar algo similar que pondría fin a esta medida que, maquiavélica o no, es digna de aplauso si realmente se trata de hacer justicia, no sólo de aplicar la ley.
Plasmada en el libro de cabecera de muchos políticos “Diálogos en el averno”, entre ellos el ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, el Barón francés Montesquieu  discutía a mediados del siglo XVI con el escritor italiano Nicolás Maquiavelo sobre las mejores formas de gobernar a través de la máxima “El fin justifica los medios” que, entre otros, este último sugería comenzar su reinado implantando el terror en el pueblo.
Con una doctrina diametralmente opuesta a Montesquieu, el autor de “El Príncipe” ponderaba una serie de medidas para controlar totalmente a la opinión pública, entre otros contar con un propio órgano informativo, ya que, aseguraba, sería mejor que hablaran mal de él y que lo odiaran a que lo ignoraran, en tanto que el primero recomendaba prudencia y una política de pueblo, más popular y conforme al mandato divino.
Fiel seguidor de Maquiavelo, Salinas ordenó detener al entonces poderoso líder petrolero Joaquín Hernández Galicia (a) “La Quina” el  10 de enero de 1989, apenas 40 días después de asumir el poder, Le “sembraron” en su domicilio 20 cajas de ametralladoras y municiones y hasta un muerto. Se vengó de la fuerte votación por Cuauhtémoc Cárdenas en las zonas petroleras, y además de poner fin al poder del controversial líder y sus secuaces logró diluir las fuertes sospechas de fraude con el que llegó al poder. A los ojos de la población, se legitimó y surgió la frase de la época: “Salinas de Gortari tiene los hue… más grandes que las orejas”.

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