Después del gobernador Roberto Borge Angulo, el antecesor de éste, el
ahora senador Félix González, uno de los ex mandatarios más
vilipendiados en la historia de Quintana Roo, es el funcionario con
mayor número de escoltas y “comisionados” con nómina con cargo al
Gobierno del Estado, de más de un centenar de trabajadores, entre
policías y personal que, asómbrese Usted, se llevó de la mismita Casa de
Gobierno al término de su sexenio.
Aunque ignoramos si ese
número incluya a los que están asignados a su cónyuge, la ex presidenta
del DIF-Estatal Narcedalia Martín Villanueva, lo cierto es que quien
fuera denominada “primera trabajadora social de Quintana Roo”, cuenta
con una escolta de 32 policías, entre judiciales y preventivos
dependientes de la Secretaría de Seguridad Pública y Procuraduría
General de Justicia del Estado.
Así, el ex gobernante,
cozumeleño como su sucesor e identificado como el funcionario que inició
la ahora “montaña” de adeudos de Quintana Roo, se convirtió en
“protector” de cocineros, meseros, recamareras, “guaruras”, vigilantes,
diligencieros, jefe de compras y demás personal que laboraba en Casa de
Gobierno.
Respecto a la costumbre de rodearse de policías hasta
el último rincón inició con el sexenio de Mario Villanueva Madrid,
cuando, por razones obvias, ordenó elevar las bardas y construir
“torretas” en torno a la Casa de Gobierno, mientras que en palacio de
gobierno instruyó el cierre del acceso desde el estacionamiento con
enormes portones que persisten en el inmueble.
Con Joaquín
Hendricks Díaz no se vio tanta prepotencia como con las escoltas de su
antecesor, aunque ambos sexenios contrastan con el periodo del
caballeroso Miguel Borge Martín, quien, aunque Ud. no lo crea, sólo
contaba con ¡una decena de policías!, todos dependientes del no menos
gentil Cap. Jesús Rangel Castro, ahora rezagado en la Dirección General
de Gobernación estatal junto con el también Cap. Hipólito Sánchez
Quevedo.
Pese a que en anterior colaboración nos referíamos a la
necesidad de que el Congreso del Estado tomara cartas en el caso de los
escoltas, resulta que apenas el año pasado, con ocasión de su
comparecencia ante la XIII Legislatura, el ¡uff! aún titular de la
Secretaría de Seguridad Pública, Carlos Bibiano Villa Castillo,
reconoció que “casi” la mitad de los agentes de la Policía Estatal
Preventiva (PEP), esto es alrededor de 498, están “comisionados” como
escoltas de funcionarios y ex funcionarios.
Según diría en
aquella ocasión el diputado Baltazar Tuyub Castillo, lo que llama la
atención es que tiene mil 116 policías la policía estatal y que de la
Policía Municipal Preventiva estaban destinados 498 comisionados con ex
gobernadores, el gobernador y ex funcionarios, entre otros, y que cada
elemento de la PEP tenía un salario promedio de 6 mil 300 pesos.
El legislador afirmó que Villa Castillo dijo que no es decisión suya la
asignación de escoltas, con lo que se exculpó que Quintana Roo ocupara
el último lugar en la certificación de control y confianza de las
corporaciones estatales y municipales, aunque culpó de ello al ex
secretario de Gobierno, Luis González Flores, en tanto ¡insistió en
pedir a los diputados más recursos para la Secretaría!
Lamentablemente, ya desde diciembre de 2010 el Congreso del Estado
aprobó por mayoría una iniciativa de Félix González con reformas a la
Ley de Seguridad Pública, tales que permitían al gobernador, procurador y
secretarios de Seguridad Pública y de Gobierno, así como a sus familias
continuar con protección al término de su gestión, lo que, según el
entonces presidente de la Comisión de Justicia, Pedro Pablo Poot Ek,
obedecía a la delicadeza de sus cargos, en lo que se llamó como una “ley
“guarura”.
Los únicos que votaron contra el dictamen fueron los
panistas William Souza Calderón y José Francisco Hadad Estéfano, así
como la perredista Luz María Beristaín Navarrete y el petista Hernán
Villatoro Barrios, lógico, ya que incluía que los funcionarios tuvieran
acceso al 50 por ciento de escoltas que tenían en el cargo, así como
vehículos y equipos de seguridad, aunque, en análisis en comisiones, se
negó dar a conocer el número de “guaruras” de cada funcionario, con lo
que hasta abogados de segundo y tercer niveles tienen actualmente
escoltas.
En lo que llama más la atención es el de un
funcionario al que se ha visto ejercitarse en el Boulevard Bahía
mientras dos vehículos con vidrios polarizados lo “cuidan” a corta
distancia, pero, nos preguntamos, si gracias a esa ley de Seguridad
Pública la mayoría de los policías están asignados a funcionarios y
demás personajes, ¿Quién cuida de la ciudadanía y su patrimonio?
¡Agradecida debería estar la delincuencia!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradecemos utilizar un lenguaje formal