En primera fila
Con un “agradezco su confianza”, el diputado local con licencia,
principal artífice del endeudamiento histórico de Quintana Roo, Freddy
Marrufo Martín, a quien el periodista Anwar Moguel califica como
“experto en el manejo turbio de las finanzas”, registró el martes ante
el PRI su precandidatura a la presidencia municipal de Cozumel, cuna de
gobernadores y ex gobernadores.
En busca de la “silla” que
dejará como desastrosa herencia el también priísta Aurelio Joaquín
González, el administrador isleño, convertido en político durante la
gestión de Félix González Canto, cuando maniobró para que la deuda del
Estado pasara de mil 880 millones de pesos a 10 mil 37 millones sin
contar los pasivos y deudas corriente, cumplió con las expectativas que
surgieron tras cumplir su periodo como Secretario de Hacienda durante
ese sexenio.
Y es que, sabedor de que requeriría de alguien que
le cuidara las espaldas al concluir su encargo, Félix González impuso al
PRI y al Congreso del Estado la candidatura a diputado de su entonces
secretario, quien conocía a detalle el destino del dinero que operó su
coterráneo.
Aunque después de esos comicios para integrar la
XIII Legislatura se esperaba que el estratega financiero del ahora
senador fuera “electo” por sus compañeros como coordinador del Congreso,
el ex gobernador maniobró con la mayoría priísta para que el lugar
fuera para Eduardo Espinosa, a efecto de “consolar” a éste ante sus
frustradas aspiraciones por perder la candidatura que favoreció a
Roberto Borge Angulo.
Con todo, no obstante, el ex mandatario
logró que Freddy Marrufo resultara “electo” presidente de la Comisión de
Hacienda, Presupuesto y
Cuenta del Poder Legislativo, con lo
que, tal y como habría planeado, evitaría cualquier eventual tipo de
llamado a rendir cuentas sobre su criticada gestión.
Ya desde
ese entonces comenzaría la campaña del hombre, que disponía de
suficientes recursos públicos para su promoción, así como apoyo de las
instancias electorales Ieqroo y Teqroo, por lo que no tuvo ningún recato
en utilizar institutos y universidades en foros y organizaciones
sociales, además de acudir a eventos donde lo “invitaban” y aparecer
frecuentemente en los medios de comunicación con el pretexto de ser
diputado.
Lo que es peor, como presidente de aquella Comisión se
convirtió prácticamente en juez y parte en el manejo de las finanzas
que, “casualmente”, estuvieran precisamente bajo su cargo durante el
sexenio de Félix, cuando, con las arcas estatales quebradas y una pesada
lápida sobre las espaldas de los quintanarroenses, contribuyó en gran
medida a hipotecar al Estado y obstruir a la nueva administración con un
programa de austeridad que afectó a todos.
Curiosamente, el
cozumeleño veía la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio,
ya que mientras como “legislador” exigía en Benito Juárez aclarar el
destino de más de 100 millones de pesos correspondiente del 2009,
callaba sobre las cuentas del Gobierno del Estado cuando operó en
Hacienda.
Excepto para él, como era de suponerse, todo mundo
opinaba que debía separarse del cargo por dignidad para que el Órgano
Superior de Fiscalización, dependiente del propio Congreso, investigara
libremente el manejo de esos dineros. Según el diputado perredista con
licencia, Antonio Meckler Aguilera, debió recusarse de tratar asuntos
con conflicto de intereses en el manejo de su Comisión, donde escondió
información al decir que el Estado “sólo” debía 7 mil millones.
Conformada por el PRI y su “palero” PVEM como secretario (con José de la
Peña Ruiz de Chávez) la Comisión que encabezaba no era garantía de
ninguna indagatoria, y mucho menos imparcial. Desde que se integró la
Legislatura, el isleño se apoderó de esa Comisión, en la que ni PAN ni
PRD estaban representados, y sí en cambio los también priístas Eduardo
Espinosa, el morelense Manuel Parra López y el bacalareño José Alfredo
Contreras Méndez, todos ellos “premiados con la precandidatura de sus
municipios.
Desde ese entonces el PRD dijo que impugnaría su
nombramiento por ser juez y parte en dictámenes de las cuentas públicas
del Gobierno del Estado, aunque debería explicar el endeudamiento y
aplicación de los más de 50 mil millones de pesos que se habrían
“manejado” en seis años.
Así, con el privilegiado apoyo de su
amigo Félix González, no sólo se convirtió en el verdadero coordinador
del Congreso, donde nulificó al presidente de la Gran Comisión y
coordinador de la bancada tricolor, al menos en teoría, sino que,
además, se libró del diputado que le podría haber hecho sombra, José
Alberto Alonso Ovando, quien solicitó licencia a sólo 14 días de rendir
protesta para irse a la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado.
Y con todo ello, ¿Aun cree que le tienen esa confianza que agradece a
los cozumeleños? No perdamos de vista que también son quintanarroenses
y, como tales, también resultaron afectados por las trapacerías de
quien, según proyectos de Félix, se convertirá primero en presidente
municipal, y después en el próximo gobernador del Estado ¡Aguas Freddy!
¡No te confíes! Los cozumeleños no son precisamente unos tontos.
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradecemos utilizar un lenguaje formal