En primera fila
¡Repudio por entrega de medalla!
No solemos poner por ejemplo cuestiones
personales, pero muchas veces las circunstancias obligan, como en esta ocasión,
con la reciente entrega de una medalla al gobernador Roberto Borge,
supuestamente por parte de la “sociedad”
quintanarroense, aunque sólo de manos de un reducido grupo perteneciente a una
logia, cuyos miembros solemos conocer comúnmente como masones.
Recién llegados a Chetumal, hace cerca
de una treintena de años, nos encontramos con un ex compañero egresado de la
Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Yucatán que, al igual que su
servidor, departía una copa con un amigo, pero nuestro ex paisano no nos
devolvió un saludo, según nos explicaría días después, en otras circunstancias,
porque laboraba en el Juzgado de Distrito, lo acompañaba su jefe y eran muy
estrictos con las relaciones de su personal.
Lo entendimos, pero años más tarde nos
ocurrió algo similar con un ex compañero de trabajo que, ahora ex funcionario,
meses después se convertiría en presidente del entonces municipio de Playa del
Carmen, aunque su posterior justificación es que, aunque estaba solo, no hablar
con nadie formaba parte de un rito para convertirse a la masonería, esto como
requisito para sus aspiraciones políticas.
Años después nos contarían que también
era exigencia para los aspirantes a gobernador del Estado, leímos libros sobre
las logias y constatamos que una cosa enseñaban y otra practicaban no pocos
masones, y de ahí que se desacreditara en muchos ámbitos, y que rechazáramos la
invitación de algunos buenos amigos -nuestro más sincero agradecimiento- de
convertirse en “padrinos” nuestros para ingresar. Nuestros respetos para sus
miembros y creyentes.
El caso es que el reconocimiento de los
masones al Jefe del Ejecutivo indignó a masones y la verdadera sociedad , que inundaron los correos de su servidor,
entre ellos el Lic. Raúl Ojeda González, quien pidió incluir en nuestra columna
el siguiente mensaje: “Hermanos, el camino de la libertad, igualdad y
fraternidad es tan amplio, pero se estrecha según la mano de la injusticia.
Esto lo menciono dado que dar honor a quien atenta contra el Estado denigra y
prostituye a la orden.
“Los grados se ganan, los honores se
obtienen por el desbasto (sic) constante de la roca diaria y no por el
innegable interés de portar el mandil del tirano. El interés debe ser en favor
del agraviado y no en favor de quien desde su más alto vestido se erige como
criminal del pueblo; comer de la mano del ruin convierte al libertador en
cómplice de acción, y más aún en preso de su poca visión. Por eso, queridos
hermanos, ver, oír, pero no callar, porque el traidor está con vosotros”.
En respuesta, Eynar Enrique Trujillo
Hernández, dice “Que así sea, V:.H:.”, en tanto Alfredo Fernando Montalvo Vázquez
opina que “mientras quienes ostenten más grados no tengan humildad para consigo
mismo y los demás, la hermandad no saldrá adelante”, lo que Adolfo Rey califica
de “excelente reflexión: Ojalá que esos ideales inunden todos los corazones de
los mexicanos, y más de los profesionistas con conocimiento y acceso a lograr
una vida más justa”.
Asimismo, José Antonio Barón Aguilar dice
ser “excelente reflexión Q.:H:.” , el Lic. Luis Villanueva puntualiza “Así sea
V.´.M.´. Sabemos que los hay, que ostentan grados sin conocimiento. Muy
respetuosamente lo digo, pero de qué sirve. Claro sólo se sirven”, y Artemio
Caamal Hernández comenta que “esa logia traiciona sus principios y ética
social. Da tristeza”.
Suponemos que con un pseudónimo, “Jaranero
Moreno” advierte que “Aquí en Quintana Roo
he apreciado muchas desavenencias, ¡Cuidado! La logia mexicana está en peligro.
Vean claro a su alrededor, por ellos se supone tiene la luz del conocimiento”,
mientras que Angel Gabriel Pool Navarro sugiere que “la fraternidad debe
renovar sus votos cada cierto tiempo”.
Sobre el particular, Luis Villanueva responde
que “los fraternos la renuevan cada trabajo en el taller; el comentario vino de
aquellos que se cuelgan grados sin estudio y se sirven del poder. Pues es bien
sabido que aquel Q.'.H.'. que se gana la distinción por estudio muy difícilmente
actuará como tirano, a lo que Moreno dice no ser iluminado “tengo un poco de
conocimientos y me he dado cuenta de que varios Q.:H.: en Carrillo Puerto sólo
son de los que menciona” y que “se han hecho gracias a los espejismos del poder
y no a través del conocimiento, de los que se cuelgan y se han aprovechado de
eso”.
Por parte de la sociedad -eliminamos
algunas ofensas y corregimos errores gramaticales-, Merry Osorio,
quintanarroense residente en el extranjero, señala que “el descaro de este… (el
mandatario) no tiene límites. Ni la burla perdona. Por lo menos lo hubieran
hecho (la entrega del premio) antes del ajuste a los ya raquíticos salarios de
los trabajadores o esperar que pasara un tiempo. Dan asco.
Alger M. Rodríguez Pérez, por su lado,
dice no creer que el oráculo esté de acuerdo en otorgar esa medalla “al
mérito”: Casi toda la humanidad se pregunta ¿cuál mérito? “Si fuese por fraude,
robo, etc., se llamaría juicio político”, y agrega que “por cierto, ese tal King
(Raymundo, el diputado federal), el de la playerita rosa (suponemos que esa
tenía el día del evento), qué mal se ve en el estrado para un evento de alcurnia
prostituida”.
Por su lado, Daniel Her Jim, dice ser “sorprendente
la manera en que el pueblo quintanarroense se ha dejado manipular por el mismo
dedo que les da el mismo atole agrio sexenio a sexenio, y la gente, el pueblo
lo sigue como hasta hoy, creyendo sin nada más que hacer que llenar de quejas y
quejas todas las redes sociales. Al parecer, no tenemos otra opción, no hasta que
todos nos unamos por la misma razón, y qué mejor que nuestros derechos
violentados por un mal gobierno que se da el lujo de darse premios”.
Añade que le dijeron tener “cuidado con
lo que publicas porque pueden tomar represalias. Créanme que a estas alturas ya
nada me sorprendería. Si lo que quiero es hacer bulla, que la gente vea que
habemos quienes no tenemos miedo, pero esperemos que logren comprender y hacer
algo al respecto”.
Para no aburrirle -porque la lista es
larga-, Rodríguez Pérez comenta haberse enterado que en API (Administración
Portuaria Integral) hubo unos 40 despedidos, de algunos con más de 10 años de
servicio, y que espera (del gobernador) “una explicación a la sociedad, cuál es
su estrategia política-empresarial, y si no la tiene que despida a sus asesores,
porque deduzco que están mal”.
En cambio, nosotros nos enteramos que las
avionetas de gobierno salen cerca de tres veces diarias y que cada salida y
llegada cuesta 16 mil pesos por derecho de piso sólo por despegue y aterrizaje.
¿Eso se llama austeridad? No lo creemos, pero mañana hablaremos más sobre esos
criticables vuelos.
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO
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