Política y sociedad

viernes, 15 de febrero de 2013

Evidente currupción en aduana de Subteniente López



Por Daniel Ramos

Chetumal, 15 de febrero.- Es más que evidente la corrupción con la que operan los agentes de la aduana fronteriza de Subteniente López, ante el descarado trafico de productos de la zona libre, como son los tráilers llenos de cajas de cigarros de procedencia extranjera, a cambio de cuotas que cobran a quienes se dedican a esa actividad ilícita.
De acuerdo con fuentes extraoficiales de confiabilidad, algunos de los tráilers que han sido asegurados por la policía estatal o elementos de la Armada en el sur del Estado, llevan documentos con los que comprueban que ya fueron revisados previamente precisamente en la aduana fronteriza del poblado Subteniente López.

Lo que llama la atención es el sello de la aduana que presentan los documentos y es una clara muestra de la complicidad de algunos agentes aduanales corruptos que permiten el ingreso de los trailers cargados con cajas de cigarros a cambio de una “cuota” mensual.
Solamente de esa manera se puede explicar que los camiones cargados con cientos de cajas de cigarros de procedencia extranjera pasan en la aduana sin ningún problema.

Tal como el último tráiler asegurado por la policía preventiva en el puesto de control ubicado en el kilómetro 19 de la carretera Chetumal-Escárcega. El conductor de la unidad, Julio César Tlaxcalteco Hernández, según la policía, presentó los documentos de la mercancía que llevaba, aunque la Secretaría de Seguridad Pública nunca dio a conocer qué tipo de documento es el que presentó el operador de la unidad.

Lo cierto del caso, la frontera Belice-México es la primera de las ocho rutas de contrabando de cigarros procedentes de China, Uruguay, Vietnam, India, y Paraguay que existen en el país, por donde ingresan más de diez contenedores de tabaco en forma ilegal al mes, lo que deja jugosas ganancia a quienes se dedican a esa actividad y a las autoridades de la aduana que permiten el paso de esos productos ilegales.

De acuerdo a un estudio realizado por la Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN), la pérdida económica es grave, pues con el aumento de 7 pesos en la cajetilla de cigarros para 2011, el Gobierno pretendía recaudar 42 mil millones de pesos y solamente se recaudaron 30 mil millones de pesos, debido a un decremento en el consumo dado por la mayor demanda de cigarros de contrabando.

De acuerdo a datos recabados, los contenedores llegan al puerto de Belice, con el permiso de las autoridades de ese país, y de ahí a diversos puntos de Centroamérica y a México.

Los que tienen como destino a México, permanecen en la Zona Libre de Belice, en espera a que sean introducidos a través del paso fronterizo de Subteniente López, con cuyas autoridades aduaneras los contrabandistas al parecer tienen un acuerdo o pacto económico, para que dejar pasar los contenedores de cigarros de procedencia extranjera sin ningún problema.
De acuerdo a cálculos empresariales, pasan al mes en la aduana fronteriza de México más de diez contenedores de cigarros de procedencia extranjera, principalmente de de China, Uruguay, Vietnam, India, Paraguay, lo cual representa una competencia desleal para las empresas cigarreras mexicanas.

Según datos de la empresa cigarrera Philip Morris, publicados en diversos portales de Internet, a nivel nacional existe el registro de ocho rutas de contrabando y otras 11 en América Latina.
Tan sólo en el año 2011, fueron decomisados 90 millones de cigarrillos de procedencia extranjera.

De acuerdo con la información proporcionada por la empresa cigarrera, la primera ruta de contrabando de cigarros es la frontera Belice- México.
En ésta primera ruta de contrabando, vía terrestre, se introducen productos provenientes de Asia, India y Paraguay.

Casi de manera adjunta se encuentra la segunda, establecida por la franja Campeche - Guatemala, donde por la vía marítima se introducen el mismo tipo de mercancías. La tercera es Guatemala - Chiapas.

La cuarta y quinta rutas son por la vía marítima: desde el puerto de Panamá se envían productos del mismo origen a los puertos de Veracruz y Mazatlán, Sinaloa.

Las tres rutas restantes de contrabando la ocupa México con su frontera norte, en este caso los Estados Unidos (EU). Por la vía terrestre y a través de Sonora y Coahuila se cruzan grandes cantidades de cigarrillos ilegales.

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