Política y sociedad

jueves, 28 de marzo de 2013

¡La prensa vs Carlos Mario!



En primera fila
                         ¡La prensa vs Carlos Mario!   
                                                              
         Ante las cada vez más cercanas elecciones locales para diputados y presidentes municipales de Quintana Roo, las expectativas crecen en torno a quienes serán los relevos de los 25 legisladores y de uno que otro alcalde, ya que, quiérase o no y si el diablo no mete la cola, la mayoría de éstos está prácticamente “amarrada” desde hace varios meses, algunos, inclusive, desde el momento de incorporarse a la XIII Legislatura.
         En efecto, como si resultara más atractivo el cargo -lo es, en parte, por el volumen de recursos que se manejan-, los nombres de los aspirantes a las presidencias “suenan” por todos lados, más para el caso de los que han soltado billetes a los medios de comunicación para parecer funcionarios non plus ultra, sobre todo en el caso de Othón P. Blanco, donde existen no menos de una docena de precandidatos.
         Irónicamente, pese a que el mitómano Carlos Mario Villanueva Tenorio dejará por herencia un municipio en ruinas y con un millonario adeudo, los “tiradores” se multiplican por todos lados e, inclusive, se habla de que el coordinador priísta del Congreso del Estado, Eduardo Espinosa Abuxapqui, se había aventado a repetir como munícipe, pese a que las condiciones no son las mismas a las de su primer periodo.
         Pero además, el reto no será el mismo, ya que, por ejemplo, tras concluir su trienio se puso de manifiesto que sólo una mínima parte de su presupuesto llegó al decaído campo othonense, al grado tal que una de las principales demandas a su sucesora, Cora Amalia Castilla Madrid, es que el hombre sólo visitó algunas comunidades -las más cercanas a Chetumal-, por lo que había lugares donde sólo conocían su nombre por la radio.
         Claro, Eduardo se había enfocado al embellecimiento de esta capital para que estuviera a la vista de todo mundo, y de ahí que algunos lo calificaran como el mejor alcalde de Chetumal, claro podría serlo comparativamente con el “villanuevita”, además de que aquél supo explotar políticamente su imagen, particularmente a través de los medios de comunicación, donde, dígase lo que se diga, su Coordinador de Comunicación Social, el periodista Rafael Briceño, jugó un papel determinante ante los compañeros del medio.
         Bueno, al menos Espinosa Abuxapqui sabía para qué sería esa dependencia y presumía de una excelente relación que hoy adolece ante los reporteros, inclusive los de la fuente misma del Congreso del Estado. En el caso del soberbio Carlos Mario, por el contrario, ése fue principalmente su “talón de Aquiles”, al igual que su excesiva ambición por los dineros, los públicos desde luego.
         Desde el principio de su periodo sostuvo enfrentamientos con la prensa, inclusive de manera pública, al grado tal que requirió de contratar ¡hasta cuatro directores generales de Comunicación Social en menos de dos años! Nos recuerda el caso de su padre, el ex gobernador Mario Villanueva Madrid, en cuyo sexenio desfilaron siete directores en el área, el último de ellos Roberto Andrade Uscanga.
         Por cierto, el buen “Robin” también entró al quite en el Ayuntamiento, donde relevó a Víctor Pavón, aunque con el carácter, trato e indiferencia de Carlos Mario, se vio en la necesidad de renunciar en menos de 4 meses, lo que significó un duro golpe para el munícipe, que echó chispas al principio, desde luego sólo por su egolatría, aunque posteriormente minimizó los hechos porque, como hasta hoy, repetimos, la prensa le vale mangos.
         Imagínese Usted qué tan grave es su caso, que, pese a los principales objetivos de la oficina, sólo durante 6 meses se compraban los principales periódicos para las “banderas” -hoy cada trabajador compra y esconde su periódico-, sólo cuenta con 3 computadores a medio morir con sus virus y, pese a que laboraban al menos 4 féminas, entre ellas su propia coordinadora, sólo cuenta con una apestosa pequeña bodega improvisada como baño, aunque carece de agua.
         Por si fuera poco, alrededor de 8 meses operó con una sala de recepción a oscuras, ya que los propios trabajadores de la oficina debieron hacer una “coperacha” para comprar una lámpara. Asimismo, en por lo menos 4 oportunidades le “cortó” la luz la CFE por falta de pago, y así permanecía por días pese a que estaban enteradas tanto la Oficialía Mayor como la propia Secretaría General. En una ocasión, inclusive, se le debió prestar dinero al propietario de la lonchería vecina, y en otra se organizó otra cooperación.
         El presidente del desempleo estaba enterado de todos esos problemas. No de balde recorría las diversas dependencias, aunque sólo para amenazar a los trabajadores de que los despediría de no rendir más, aunque también escuchaba demandas, pero sólo eso, escucharlas porque jamás se supo de algún problema resuelto, lo que obligaba a la gente a pasar horas y horas infructuosamente ante su oficina, donde su secretario particular Jorge Rejón se encargaba de los pretextos.
         Mejores testigos de esas interminables esperas fueron los representantes de los medios de comunicación, que buscaban inútilmente que el hombre les pagara por lo menos algún abono por concepto de facturas de publicidad, pero sólo encontraban con mentiras y pretextos. Carlos Mario se ocultaba una y otra vez, al grado tal que mentía en los boletines sobre su supuesta agenda personal para evitar encontrarse con la prensa.
         Por si fuera poco, previo a las recientes elecciones federales dio la orden de que no se emitiera ningún boletín desde Comunicación Social para evitar sanciones por publicidad, pero la orden era hacerlos sólo para periodistas “amigos” y a través de correos electrónicos y computadoras personales de sus trabajadores, por lo que, en teoría, la oficina de prensa dejó de laborar 3 meses, excepto para el monitoreo de información de medios.
         En fin, que este será tan sólo uno de los renglones en los que deberá poner especial atención el próximo presidente municipal, ya que los demás ¡son conocidos hasta por los propios vecinos! 

miércoles, 27 de marzo de 2013

Nueva lección, ¡ahora de Yucatán!



En primera fila
                        Nueva lección, ¡ahora de Yucatán!
                                                               
         Pionero en materia jurídica y de salud, Yucatán volvió a dar la nota del día en el Sureste, ahora en seguridad, con la primera unificación de su policía preventiva con mando único, renglón en el que varios Estados han estado trabajando a lo largo y ancho de todo el país, pero que, ante la existencia de múltiples intereses, del propio crimen organizado, entre otros, no se ha logrado concretar.
         Al este avance de los vecinos yucatecos se suma su envidiable sistema legal, al que desde años atrás se incorporaron los juicios orales que recién se aprobaron para Quintana Roo, donde, dígase lo que se diga, seguimos un tanto relegados porque nuestros legisladores están más preocupados en “grillar” que en trabajar para lo que fueron electos y permiten al Jefe del Ejecutivo convertirse en el gran legislador del Estado con sus iniciativas.
         Con una aún incipiente carrera de Derecho que inició junto con la creación de la Universidad de Quintana Roo, lo que no demerita la capacidad de los profesionistas egresados en esa especialidad -pese a que muchos de ellos optaron por el servicio público- la entidad aún compite con los Abogados yucatecos, a los que se suele contratar para los juicios más complicados -sobre todo en Chetumal-, ante el aparente interés personal de muchos paisanos con la administración pública.
         Pero además, lamentablemente, los diversos organismos en ese renglón únicamente hacen su aparición en tiempos electorales para pronunciarse en favor de determinado candidato -ya lo adivinó Usted, priísta generalmente-, pero durante el periodo de su dirigente y durante todo el sexenio, no se habla de organización de seminarios, talleres y demás foros de capacitación que, aunque a veces carentes de valor curricular, permiten al menos una mayor profesionalización de los participantes.
         En el caso del sector salud ocurre algo similar con el tratamiento de determinadas enfermedades, ya que quienes cuentan con recursos suficientes prefieren viajar a Yucatán, aunque aquí no podríamos culpar a los médicos de su falta de interés en actualizarse, pues existen permanentes cursos, maestrías, seminarios y talleres -muchos de ellos bastante onerosos-, aunque no es suficiente para ganarse toda la clientela.
         Pero, vaya, por lo menos “no se mueren de hambre” -algunos tienen hasta tres empleos-, ya que, ante el pésimo servicio de instituciones como el Seguro Social e ISSSTE, la gente hace un esfuerzo por acudir a alguna clínica o médico particular, inclusive los provenientes del sector rural, que venden hasta sus animales o demás propiedades ante el tratamiento de alguna grave enfermedad, aunque en este último caso, en primera instancia, prefieren viajar a Mérida.
         Con todo, creemos que parte del avance del renglón en Yucatán deriva de la antigüedad de su afamada Escuela de Medicina, de donde egresan los mejores médicos del Sureste que, aunque Ud. no lo crea, prefieren hacer su servicio social en nosocomios públicos como el Hospital O’Horán, debido a que obtienen mayores conocimientos con los mejores y más antiguos médicos de la región.
         Ahora bien, en el caso de la policía preventiva, Yucatán se había mantenido en los últimos años en los primeros lugares en materia de seguridad a nivel nacional, a grado tal que tan sólo en 2012 pudo presumir de no haberse registrado ninguna muerte en la entidad como consecuencia del crimen organizado, así como de no figurar su policía entre los primeros en ser demandas ante la Comisión de Derechos Humanos, como ocurre en el caso de Quintana Roo.
         ¿Cuál es el secreto? Se llama ca-pa-ci-ta-ción. Así de simple y llano. No hay que darle muchas vueltas al tema, pero una capacitación a conciencia y no sólo para justificar recursos ante la Federación o para que algunos viajen sospechosamente a otros países para prepararse en un tema que, o bien no se aplica o se aplica mal en Quintana Roo, volvemos a lo mismo, por falta de gente capacitada.
         Ignoramos qué tipo de personal se contrate en Yucatán, pero en Chetumal se hace con cualquiera que haya concluido sus estudios de primaria, independientemente de su vocación, de ahí que lo mismo se trate de ex albañiles, carpinteros, meseros o cualquiera que demande de un ingreso para alimentar a su familia, independientemente también de su monto, ya que, se sabe, suelen “completarlo” con sus tradicionales robos o “mordidas” de quienes tienes la desgracia de caer en sus manos, que también podrían sufrir de una violación, en el caso de las damas, tal y como recién ocurrió.
         Lo cierto es que primero habremos de capacitar adecuadamente a nuestros policías, entre otros para saber cuándo se utiliza un arma -nunca para presumir o espantar gente, como este domingo en la colonia Del Bosque-, aunque también se podría intentar tras unificarlas en un sólo mando que, aunque suene como policía centralizadora, es mejor que pensar en dar “bandazos” a ciegas o con problemas de autonomía municipal.
         Se pretextarán resistencias en algunos municipios por ser de oposición, pero lo cierto es que también los hay en Yucatán, y eso que hablamos de la unificación de ¡más de 106!, cuyos Ayuntamientos avalaron a sus corporaciones integrar una red que, coordinada por las policías estatal y federal, blindarán el Estado y accionarán operativos para combatir la delincuencia. ¿Estaremos condenados a presumir sólo de nuestro turismo y permanecer rezagados en todos los demás renglones?
  Por Luis A. CABAÑAS BASULTO 

martes, 26 de marzo de 2013

¡Escándalo por una violación!



En primera fila
                     
  ¡Escándalo por una violación!
                                                          
Con el párrafo “Con lágrimas y con la voz quebrantada, la joven que fue violada por un elemento de la Policía Municipal Preventiva la noche del pasado jueves, en el Boulevard Bahía de Chetumal, narró cómo sucedieron los verdaderos hechos del peor día de su vida”, una compañera periodista inició una crónica de hechos que indignaron a toda la sociedad capitalina contra el policía segundo Bruno Avila Mike y el agente raso Juan Baltasar Jiménez Mendoza.
Independientemente de quien haya dado cuenta de los reprobables hechos, todos coinciden en que se trató de un reprochable acto que debería avergonzar a esa corporación municipal que encabeza Gumersindo Jiménez Cuervo, a quien sus superiores deberían exigir amplias explicaciones en torno a esa capacitación de la que siempre han presumido las autoridades para combatir asaltos bancarios, secuestros y demás delitos de alto impacto, mas no la violación… de sus propios agentes.
Y es que las demás irregularidades que se dieron en torno a los hechos de ese jueves 21 y que culminaron con el fin de las ilusiones de una joven estudiante que cometió el error de estar en el sitio hora equivocados -robo, amenazas, prepotencia, golpes-, se circunscriben a una situación que podríamos calificar de “normal” entre policías y población, ya que, es triste reconocerlo -el colmo también-, pero son el pan nuestro de cada día.
Lamentablemente nadie se ha preocupado por ponerle un “hasta aquí”, y conste que también es el caso de la Policía Estatal Preventiva, al grado tal que nos vemos en la necesidad de tener que convivir con ese problema del que -por si fuera poco- tampoco nuestros representantes “populares” han dicho “esta boca es mía”. Si acaso la Comisión Estatal de Derechos Humanos ha elevado la voz, pero solo en el desierto.
En este sentido, las detenciones arbitrarias, agresiones, robo y golpes de los uniformados a quienes no ofrecen una “mordida” o acceden a ella son notas -que no noticia- frecuentes en la mayoría de los medios de información, aunque no habían llegado al grado de incluir una violación, por lo menos no denunciada oficialmente por las eventuales afectadas ante las autoridades competentes.
En efecto, hay que reconocer la valentía de la que hizo gala esa joven, una deportista chetumaleña que tristemente recuerda que “ese día, después de la escuela, fui a cenar con mi novio y decidimos ir al Boulevard, a la altura de la Universidad de Quintana Roo, para platicar un rato sobre temas relacionados con el deporte. Eran como las ocho de la noche…” ¿Cuántos casos similares habrán ocurrido y nadie habría denunciado públicamente por temor y vergüenza ante el descrédito?
Lo cierto es que resulta increíble el grado de prepotencia al que han llegado los policías que, abusando del uniforme, placa, pistola y patrulla, ya se sienten los dueños del mundo, y más aun a sabiendas de que, acusados ante sus superiores, tiene un mayor peso su palabra o que, denunciados ante el Ministerio Público, pretextos o vericuetos legales le sobran a la Procuraduría General de Justicia para obstruir la procedencia de los expedientes.
Un ejemplo de la “alucinación” de esos agentes, sobre todo los que tienen algún complejo de inferioridad y de la noche a la mañana sienten tener todo el poder, también se reflejó hace unos meses en un caso publicado que refiere que, en horas de servicio, un policía pedía permiso para salir a comer, lo que aprovechaba para quitarse el uniforme y utilizar su arma de cargo para asaltar farmacias.
Pero vaya, en el caso de la violación, imagínese el grado de impunidad que sentían ambos policías -“tanto peca el que mata a la vaca como el que le agarra la pata”-, que poco les importó que la violación se consumara a escasos metros de un potencial testigo. Para protegerse,  el asqueroso Avila Mike, autor directo del desaguisado, empleó un celular para grabar a la joven después de violarla y poder acusarla después de que así la habría sorprendido con el novio. 
         Los detalles del caso son inenarrables por cuestiones de moral, pero la afectada ha interpuesto los pruebas necesarias para la consignación del expediente ante el juez del caso que, como están las cosas -y si el diablo no mete la cola-, se espera dicte auto de formal prisión sin derecho a libertad bajo fianza para ambos sujetos, a Jiménez Mendoza por su complicidad, aunque también agravado por su condición de “servidor” público.
         Ahora bien, ello no implicaría un “colorín colorado” de la historia, ya que queda pendiente la materia en la Policía Municipal, donde Jiménez Cuervo deberá justificar los millones de pesos que se inyecta permanentemente a la corporación en materia de capacitación que, suponemos, incluye un análisis del perfil psicológico de cada elemento, a menos, claro, que también entre ellos sea costumbre el pago de “mordidas”.
         Habrá que darle puntual seguimiento para evitar otro criticable y eventual “kalimbazo” que nadie quisiera.
  Por Luis A. CABAÑAS BASULTO 

Personal militar asegura droga en Tulúm



Reporte Oficial

Tulum.- La Secretaría de la Defensa Nacional a través de las Comandancias de la X Región Militar y 34/a. Zona Militar informa que, personal militar jurisdiccionado a este mando territorial, al efectuar reconocimientos terrestres en el municipio de Tulúm, Q. Roo, localizó a la orilla de la playa un paquete de mariguana con un peso de 11 kilogramos. 


La droga asegurada fue puesta a disposición de las autoridades correspondientes.

Asimismo, se agradece la colaboración de la ciudadanía por su valioso apoyo al denunciar de manera anónima y confidencial actos delictivos, para lo cual se ponen a su disposición los siguientes números telefónicos y correos electrónicos: 34/a. Zona Militar (Chetumal, Q. Roo) 983 83 22 125, denuncia.34zm@mail.sedena.gob.mx, Guarnición Militar de Cancún, Q. Roo, 998 08 66 875, denuncia.gmcancun@mail.sedena.gob.mx, Guarnición Militar de Cozumel, Q. Roo, 987 87 23 048 y denuncia.gmcozumel@mail.sedena.gob.mx